Pistis Sophia - Sabiduría de Fe
Pistis Sophia es un texto gnóstico que fue descubierto en el año 1773, se cree que fue escrito en el siglo II.
Existen cinco copias, que de acuerdo con los estudiosos las sitúan
entre los siglos V y VI, las cuales relatan las enseñanzas gnósticas de Jesús
transfigurado a sus discípulos, incluyendo a su madre María, María Magdalena y
Marta, según el cual, Jesús asciende a los cielos y desciende de ellos para
adoctrinar a sus discípulos:
1. Cuando
resucitó de entre los muertos, Jesús pasó once años hablando con sus
discípulos.
2. Y les
enseñaba hasta los lugares, no solamente de los primeros preceptos, y hasta los
lugares del primer misterio, del que está en el interior de los velos, en el
interior del primer precepto, que es él mismo el veinticuatro misterio, sino
que también las cosas que se hallan más allá, en el segundo lugar del segundo
misterio, que está antes que todos los misterios.
3. Y Jesús dijo
a sus discípulos: He venido de ese primer misterio, que es el mismo que el
último misterio, que es el veinticuatro.
Los discípulos
preguntaron: Dinos claramente, ¿cómo bajaron de las invisibilidades, desde lo
inmortal al mundo que muere?
El perfecto
Salvador dijo: El Hijo del Hombre estuvo de acuerdo con Sabiduría, su cónyuge y
manifestó una gran luz andrógina. Su nombre masculino es denominado «Salvador,
generador de todas las cosas». Su nombre femenino es denominado «Sabiduría
totalmente generadora». Algunos la llaman, sin embargo, «Fe».
En él Pistis Sophia son reveladas las complejas estructuras y las jerarquías del cielo, familiares en las enseñanzas gnósticas.
El título de
Pistis Sophia se traduce a veces como Sabiduría de Fe, Sabiduría en Fe o Fe en
Sabiduría. Una traducción más exacta, teniendo en cuenta su contexto gnóstico,
es la fe de Sofía; Sofía para los gnósticos era una sicigia divina de Cristo,
en lugar de simplemente una palabra que significa sabiduría.
Sin embargo Pistis-Sophia
es una combinación de dos sustantivos griegos, normalmente traducidos como Fe y
Sabiduría. Pero Fe en el sentido moderno es una traducción bastante inadecuada
del término Pistis. Es mejor descrito como Conocimiento Intuitivo, o
conocimiento aún no manifestado al mero intelecto, aunque sentido como cierto
por el Alma.
Solo se conoce el manuscrito sahldico, que es una traducción de esos textos en copto. El original en griego no ha sido encontrado. Para los gnósticos, es el libro cumbre de las enseñanzas que el Maestro Jesús dejara. Posiblemente se trate del mismo texto del Evangelio de Marcos en el que se basó Clemente de Alejandría para llevar adelante su Iglesia Copta. Su título era "Opus Gnosticum Valentino Adjudicatum est". Varios Gnósticos esotéricos quisieron realizar la develación de este libro sagrado pero la mayoría murió antes de conseguirlo, como Epifanio, Tertuliano (160-245), Clemente de Alejandría (150- 215), Ireneo e Hipólito.
Valentín, a
quien se adjudica esta Obra Gnóstica, aunque no de forma unánime, habría nacido
en el año 85 d. C. en Phrebón o Pharbé, en el litoral de Egipto. En su
formación se integrarían la filosofía platónica, las disciplinas y mitología
griegas y las enseñanzas de Theodadis, discípulo de Pablo de Tarso (según
Tertuliano en "Adversus Marcionem").
Sophia (Σoφíα,
en griego "sabiduría") es la diosa griega de la sabiduría, y así
mismo es un término fundamental dentro de la filosofía helenística y su
religión, como también en el platonismo, gnosticismo, cristianismo ortodoxo,
cristianismo esotérico, y en el cristianismo místico. La sofiología es un concepto
filosófico relacionado con la sabiduría, como también un concepto teológico
relacionado con la sabiduría de Dios.
Sofía es la
divinidad femenina del gnosticismo es un ser con diferentes aspectos y nombres.
Identificada a veces con el espíritu santo pero, según sus diversas
capacidades, es también la Madre Universal, la Madre de la Vida o la Madre
Resplandeciente, el Poder de lo Alto, la de la mano izquierda (opuesta a
Cristo, entendido como su marido y el de la mano derecha), como la Exuberante,
la Matriz, la Virgen, la Esposa del Hombre, la Reveladora de los Misterios
Perfectos, la Sagrada Paloma del Espíritu, la Madre Celestial, la Errante, o
Elena (es decir, Selene, la Luna). Fue prevista como la Psique del mundo y el
aspecto femenino del Logos.
El más conocido
de los cinco manuscritos de Pistis Sophia está vinculado a otro texto gnóstico
titulado sobre la encuadernación "Piste Sophiea Cotice". Este Códice
Askew fue adquirido por el Museo Británico (actualmente Biblioteca Británica)
en 1795 procedente del doctor Anthony Askew.
Hasta el
descubrimiento de los Manuscritos de Nag Hammadi en 1945, el Códice Askew fue
uno de los tres códices que contenían casi todos los escritos gnósticos que
habían sobrevivido a la represión de este tipo de literatura, tanto en Oriente
como en Occidente, los otros dos códices son el Códice Bruce y el Códice
Berlín.
Aparte de estas
fuentes primarias, todo lo escrito acerca del gnosticismo que llegó a estar
disponible antes de los Manuscritos de Nag Hammadi se basaba en citas y
caracterizaciones en los escritos de los enemigos del gnosticismo. El propósito
de estos escritos heresiológicos era polémico, presentando las enseñanzas
gnósticas como absurdas, extrañas y egoístas, y como una herejía aberrante
desde un punto de vista cristiano proto-ortodoxo y ortodoxo.
Los Manuscritos de Nag Hammadi
Los Manuscritos
de Nag Hammadi o Biblioteca de Nag Hammadi son una colección de textos, en su
mayor parte adscritos al Cristianismo Gnóstico Primitivo, descubierto cerca de
la localidad de Nag Hammadi, a unos 100 km de Luxor, en el Alto Egipto, en
diciembre de 1945. Doce códices de
papiro encuadernados en piel, y los restos de un décimo tercero, cuidadosamente guardados en una jarra de
cerámica sellada y escondidos en unas grutas próximas en el macizo montañoso de
Jabal al-Tarif, fueron encontrados casualmente por un campesino llamado
Muhammad Alí al-Samman. Escritos en copto entre los siglos III y IV d.C.
Integrados a la
Biblioteca Copta de Nag Hammadi se consideran tres códices conocidos desde el siglo
XVIII pero proceden de la misma región aunque sean más tardíos: el Codex
Askewianus, que contiene la Pístis Sophía (conservado en el Museo Británico, en
Londres), el Codex Brucianus, que contiene los Libros de Yeú (en la Biblioteca
Bodleiana, en Oxford) y el Codex Berolinensis (preservado en Berlín).
El texto de
Pistis Sophia proclama que Jesús en su permanencia sobre la tierra después de
la resurrección durante 11 años, fue capaz de enseñar a sus discípulos hasta la
primera iniciación, nivel del misterio. Se inicia con una alegoría paralela a
la muerte y resurrección de Jesús, y que describe el descenso y ascenso del
alma. Después procede a describir importantes figuras dentro de la cosmología
gnóstica, y, finalmente, enumera 32 deseos carnales que superar antes de que la
salvación sea posible, la superación de todos ellos constituye la salvación.
4. Más los
discípulos no comprendían estas cosas, porque ninguno de ellos había penetrado
aquel misterio, que, sin embargo, consideraban como la cumbre del universo y
como la cabeza de todo lo que existe. Y pensaban que era el fin de todos los
fines, porque Jesús les había dicho, con relación a ese misterio, que rodea el
primer precepto, y los cinco moldes, y la gran luz, y los cinco asistentes, e
igualmente todo el tesoro de la luz.
El texto de
Pistis Sophia incluye citas de cinco de las Odas de Salomón, que se encuentran
entre los capítulos 58 y 71. Pístis Sophía era la única fuente conocida para la
redacción existente de cualquiera de las Odas hasta el descubrimiento de un
texto siríaco casi completo de las Odas en 1909. Debido a que la primera parte
de este texto está perdida, Pistis Sophia sigue siendo la única fuente de la
Oda.
Continuando con
el texto del Pistis Sophia, Jesús promete a sus discípulos instruirlos en todos
los misterios:
37. Os he dicho
que la fuerza que está depositada en vosotros la he extraído de los doce
salvadores que están en el tesoro de la luz. Y por eso os he dicho desde el
principio que vosotros no sois de este mundo, ni yo tampoco lo soy.
38. Y los
hombres que son del mundo han tomado las almas de los archones de los eones.
Pero la fuerza que está en vosotros viene de mí y pertenece a las regiones
superiores. Yo he conducido a los doce salvadores del tesoro de la luz, de los
que he tomado una parte de mi fuerza.
39. Y cuando he
venido al mundo, he venido entre los ángeles de las esferas, semejante a
Gabriel, el ángel de los eones, y los archones de los eones no me han conocido,
sino que creían que era el ángel Gabriel.
40. Y ocurrió
que cuando estuve entre los jefes de los eones, miré desde arriba el mundo de
los hombres, según el mandato del primer misterio, y hallé a Isabel, madre de
Juan el Bautista, antes que lo hubiese concebido.
41. Y puse en
ella la fuerza que había recibido del pequeño Iâo, el bueno, que está en el
centro, para que pudiese predicar, antes que yo, y preparar mis caminos, y para
que bautizase con el agua de remisión de los pecados.
42. Y en el
sitio de un archon destinado a recibirlos, encontré el alma del profeta Elías
en la esfera de los eones, y recibí su alma, y la llevé a la Virgen, hija de la
luz, y ella la dio a sus herederos, que la llevaron al seno de Isabel.
43. La fuerza de
Iâo, aquel que está en el medio, y el alma de Elías, el profeta, han sido
unidas en el cuerpo de Juan el Bautista.
I.A.O. (Iâo) Es
el Verdadero y más antiguo Nombre de Dios: "IAO", está escrito en un
fragmento hallado en Qumrán, clasificado con los nombres "4Q120
(4QpapLXXLevb) 4QSeptuagint Leviticusb": En este Antiguo Texto Griego, de
la Septuaginta, hallado en Qumrán, del Libro del Levítico de Moisés (Levítico
4: 27), datado del Siglo I anterior a nuestra era Cristiana, el Nombre de Dios
está escrito: "IAW" (IAO).
44. Y porque
dudasteis cuando yo os dije que Juan había declarado ser el Cristo él, vosotros
contestasteis que estaba en la Escritura que, si el Cristo venía, Elías vendría
con él, y le prepararía los caminos.
45. Más, al
hablarme así, yo os contesté: Elías ha venido, y lo ha preparado todo, como
está escrito.
46. Y como vi
que no comprendíais que el alma de Elías estaba en Juan el Bautista, os hablé
en parábola.
En la segunda
parte de Pistis Sophia dice:
II 1. Y Jesús
siguió hablando, y dijo: Y según el mandato del primer misterio, miré desde
arriba el mundo de los hombres y hallé a María, que es llamada mi madre carnal,
y le hablé en figura de Gabriel.
2. Y cuando ella
se elevó hacia mí, yo puse en ella la primera fuerza, que he recibido de
Barbelón, es decir, el cuerpo que viene de las regiones superiores.
3. Y en el sitio
del alma puse en ella la fuerza que he recibido del gran Sabach, el bueno, que
está en el hemisferio de la derecha. Y las doce fuerzas de los doce salvadores
del tesoro de la luz que yo he recibido de los doce diáconos que están en el
centro, y la llevé a la esfera de los archones.
4. Y los decanos
de los archones y sus satélites creyeron que eran las almas de los archones, y
las llevaron a los satélites, y yo las puse en el cuerpo de vuestras madres.
5. Y cuando se
cumplió el tiempo, os parieron, y en vosotros no había nada del alma de los
archones.
6. Y cuando
Jesús hubo dicho todas estas cosas a sus discípulos en el Monte Olivete,
continuó instruyéndolos.
7. Y dijo:
Regocijaos y que la alegría descienda sobre vuestra alegría.
¿Qué son los Archones o Arcontes?
San Pablo en su
Primera Carta a los Corintios los menciona: «Es verdad que anunciamos una
sabiduría entre aquellos que son personas espiritualmente maduras, pero no la
sabiduría de este mundo ni la que ostentan los dominadores de este mundo,
condenados a la destrucción. Lo que anunciamos es una sabiduría de Dios,
misteriosa y secreta, que él preparó para nuestra gloria antes que existiera el
mundo; aquella que ninguno de los dominadores de este mundo alcanzó a conocer,
porque si la hubieran conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria.
Nosotros anunciamos, como dice la Escritura, lo que nadie vio ni oyó y ni
siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman.»
En el
Gnosticismo los Arcontes los vemos reflejados en los Escritos de Nag Hammadi.
Concretamente en el capítulo titulado La Hipóstasis de los Arcontes es donde
podemos encontrar a estos seres o genios. Es de hacer notar que estos escritos
gnósticos fueron encontrados en 1945 y hasta la fecha no se tenía ningún
conocimiento de estos seres.
Los códices de
Nag Hammadi contienen la Hipóstasis de los Arcontes, un texto que se ha
conservado en un único testigo copto, constituyendo el tratado 4 del Códice II
de Nag Hammadi (NHC II, 4, pp. 86, 20 – 97, 23). Está precedido por el Libro
Secreto de Juan y los evangelios de Tomás y Felipe, y seguido por el Escrito
sin Título y la Exégesis del Alma. Se encuentra en un muy buen estado de
conservación, con algunas lagunas menores. El título aparece explícito. La
traducción castellana la Hipóstasis de los arcontes se limita a reproducir los
términos griegos del título copto. Una traducción según el significado de esos
vocablos griegos sería “la realidad de las potestades”.
El escrito se
presenta como una instrucción sobre el tema de los dominadores (arcontes) de
este mundo mencionados por San Pablo. La intención expresa de este escrito
(86.26 - 27) es enseñar la verdad sobre los poderes que tienen autoridad sobre
este mundo. El relato empieza con el alarde del demiurgo, el arconte principal,
en palabras atribuidas al Dios de la Biblia: "Yo soy el que soy, Dios no
es nada separado mí". Puede agregarse como objetivo del tratadista
cristiano la clarificación de la condición del hombre gnóstico (la raza de Set)
y su conflictiva relación con los "príncipes de este mundo". Con este
fin, el autor procede a una rectificación de la historia sagrada.
Los arcontes son
seres celestiales enviados por una deidad para cuidar, vengar o juzgar las
injusticas que se producen en nuestro plano material, son verdaderas autoridades
de la moral y la ética, y han existido desde el nacimiento de los dioses. De
hecho, la palabra arconte, del griego «archai», significa origen o comienzo.
Muchos
investigadores y esoteristas han visto en estos Arcontes a seres de otra
dimensión, según unos, alienígenas, según otros, que dominan nuestro mundo
desde las sombras. Algunas interpretaciones hacen la referencia de Jesucristo a
Satanás como Príncipe de este mundo hace alusión en realidad al Demiurgo y sus
servidores, los Arcontes: el Demiurgo sería Lucifer, rey del mundo terrenal y
de las mentiras, y sus servidores, los ángeles caídos, se identificarían con
los Arcontes. Hay quien también identifica la figura de los Arcontes en el islam
a través de los djinns o jinas.
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