Las Teorías de Cuerdas y Supercuerdas
La Teoría de Cuerdas es un modelo fundamental de la física que básicamente asume que las partículas materiales aparentemente puntuales son en realidad "estados vibracionales" de un objeto extendido más básico llamado "cuerda" o "filamento".
De acuerdo con esta propuesta, un electrón no es un "punto" sin
estructura interna y de dimensión cero, sino una cuerda minúscula que vibra en
un espacio-tiempo de más de cuatro dimensiones. Un punto no puede hacer nada
más que moverse en un espacio tridimensional. De acuerdo con esta teoría, a
nivel "microscópico" se percibiría que el electrón no es en realidad
un punto, sino una cuerda en forma de lazo. Una cuerda puede hacer algo
además de moverse; puede oscilar de diferentes maneras. Si oscila de cierta
manera, entonces, macroscópicamente veríamos un electrón; pero si oscila
de otra manera, entonces veríamos un fotón, o un quark, o cualquier otra
partícula del modelo estándar. Esta teoría, ampliada con otras como la de las
supercuerdas o la Teoría M, pretende alejarse de la concepción del
punto-partícula.
La primera formulación de una teoría de cuerdas se debe a Jöel Scherk y
John Schwuarz, que en 1974 publicaron un artículo en el que demostraban que una
teoría basada en objetos unidimensionales o "cuerdas" en lugar de
partículas puntuales podía describir la fuerza gravitatoria. Aunque estas ideas
no recibieron en ese momento mucha atención hasta la Primera revolución de
supercuerdas de 1984. De acuerdo con la formulación de la teoría de cuerdas
surgida de esta revolución, las teorías de cuerdas pueden considerarse de hecho
un caso general de teoría de Kaluza-Klein cuantizada. Las ideas
fundamentales son dos:
- Los objetos básicos de la teoría no serían
partículas puntuales sino objetos unidimensionales extendidos (en las
cinco teorías de cuerdas convencionales estos objetos eran
unidimensionales o "cuerdas"; actualmente en la teoría-M se
admiten también de dimensión superior o "p-branas"). Esto renormaliza algunos infinitos de los cálculos
perturbativos.
- El espacio-tiempo en el que se mueven las cuerdas y p-branas de la teoría no sería el espacio-tiempo ordinario de 4 dimensiones sino un espacio de tipo Kaluza-Klein, en el que a las cuatro dimensiones convencionales se añaden 6 dimensiones compactificadas en forma de variedad de Calabi-Yau. Por tanto convencionalmente en la teoría de cuerdas existe 1 dimensión temporal, 3 dimensiones espaciales ordinarias y 6 dimensiones compactificadas e inobservables en la práctica.
- La teoría tipo I, donde aparecen tanto
"cuerdas" y D-branas abiertas como cerradas, que se mueven sobre
un espacio-tiempo de 10 dimensiones. Las
D-branas tienen 1, 5 y 9 dimensiones espaciales.
- La teoría tipo IIA, es también una teoría de 10
dimensiones pero que emplea sólo cuerdas y D-branas cerradas. Incorpora
dos gravitines (partículas teóricas asociadas al gravitón mediante
relaciones de supersimetría). Usa D-branas de dimensión
0, 2, 4, 6, y 8.
- La teoría tipo IIB.
- La teoría heterótica-O, basada en el grupo de simetría O(32).
- La teoría heterótica-E, basada en el grupo de Lie
excepcional E8. Fue propuesta en 1987 por
Gross, Harvey, Martinec y Rohm.
- La teoría de cuerdas Tipo I tiene una supersimetría en sentido diez-dimensional (16 supercargas). Esta teoría es especial en el sentido de que está basada en una orientación abierta y cerrada, mientras el resto se basan en cuerdas con orientaciones cerradas.
- La teoría de cuerdas Tipo II tiene dos supersimetrías en sentido de 10 dimensiones (32 supercargas). Hay de hecho dos tipos de cuerdas Tipo II llamadas tipo IIA y IIB. Difieren principalmente en el hecho que la teoría IIA es no quiral (conservando la paridad), mientras que la teoría IIB es quiral (violando la paridad).
- La teoría de la cuerda heterótica está basada en un peculiar híbrido de una supercuerda de tipo I y una cuerda bosónica. Hay 2 tipos de cuerdas heteróticas que difieren en su diez-dimensional grupo de gauge: la cuerda heterótica E8×E8 y la SO(32). (el nombre heterótico SO(32) es un poco inexacta en el SO(32) del Grupo de Lie, las teorías son un cociente de Spin(32)/Z2 que no es equivalente a SO(32).)
La inobservabilidad de las dimensiones adicionales está ligada al hecho de
que éstas estarían compactificadas, y sólo serían relevantes a escalas tan
pequeñas como la longitud de Planck. Igualmente, con la precisión de medida
convencional las cuerdas cerradas con una longitud similar a la longitud de
Planck se asemejarían a partículas puntuales.
Desarrollos Posteriores
Posteriormente a la introducción de las teorías de cuerdas, se consideró la
necesidad y conveniencia de introducir el principio de que la teoría fuera
supersimétrica; es decir, que admitiera una simetría abstracta que relacionara
fermiones y bosones. Actualmente la mayoría de teóricos de cuerdas trabajan en
teorías supersimétricas; de ahí que la teoría de cuerdas actualmente se llame
teoría de supercuerdas. Esta última teoría es básicamente una teoría de cuerdas
supersimétrica; es decir, que es invariante bajo transformaciones de
supersimetría.
Actualmente existen cinco teorías de [super]cuerdas relacionadas con los
cinco modos que se conocen de implementar la supersimetría en el modelo de
cuerdas. Aunque dicha multiplicidad de teorías desconcertó a los especialistas
durante más de una década, el saber convencional actual sugiere que las cinco
teorías son casos límites de una teoría única sobre un espacio de 11
dimensiones (las 3 del espacio, 1 temporal y 6 adicionales resabiadas o
"compactadas" y 1 que las engloba formando "membranas" de
las cuales se podría escapar parte de la gravedad de ellas en forma de
"gravitones"). Esta teoría única, llamada teoría M, de la que sólo se
conocerían algunos aspectos, fue conjeturada en 1995.
Variantes de la Teoría de Cuerdas
La teoría de supercuerdas del espacio exterior es algo actual. En sus
principios (mediados de los años 1980) aparecieron unas cinco teorías de
cuerdas, las cuales después fueron identificadas como límites particulares de
una sola teoría: la Teoría M. Las cinco versiones de la teoría actualmente
existentes, entre las que pueden establecerse varias relaciones de dualidad
son:
El término teoría de cuerda floja se refiere en realidad a las teorías de
cuerdas bosónicas de 26 dimensiones y la teoría de supercuerdas de 10
dimensiones, esta última descubierta al añadir supersimetría a la teoría de
cuerdas bosónica. Hoy en día la teoría de cuerdas se suele referir a la
variante supersimétrica, mientras que la antigua se conoce por el nombre
completo de "teoría de cuerdas bosónicas". En 1995, Edward Witten
conjeturó que las cinco diferentes teorías de supercuerdas son casos límite de
una desconocida teoría de 11 dimensiones llamada Teoría-M. La conferencia donde
Witten mostró algunos de sus resultados inició la llamada Segunda revolución de
supercuerdas.
En esta teoría M intervienen como objetos animados físicos fundamentales no
sólo cuerdas unidimensionales, sino toda una variedad de objetos no
perturbativos, extendidos en varias dimensiones, que se llaman colectivamente
p-branas (este nombre es un apócope de "membrana").
Controversia sobre la Teoría de Cuerdas
Aunque la teoría de cuerdas, según sus defensores, pudiera llegar a
convertirse en una de las teorías físicas más predictivas, capaz de explicar
algunas de las propiedades más fundamentales de la naturaleza en términos
geométricos, los físicos que han trabajado en ese campo hasta la fecha no han
podido hacer predicciones concretas con la precisión necesaria para
confrontarlas con datos experimentales. Dichos problemas de predicción se
deberían, según el autor, a que el modelo no es falsable, y por tanto, no es
científico,[1] o bien a que «La teoría de las supercuerdas es tan
ambiciosa que sólo puede ser del todo correcta o del todo equivocada. El único
problema es que sus matemáticas son tan nuevas y tan difíciles que durante
varias décadas no sabremos cuáles son».
La Teoría de Supercuerdas
La Teoría de Supercuerdas es un esquema teórico para explicar todas
las partículas y fuerzas fundamentales de la naturaleza en una sola teoría que
modela las partículas y campos físicos como vibraciones de delgadas cuerdas
supersimétricas que se mueven en un espacio-tiempo de más de 4 dimensiones.
Una de las motivaciones esgrimidas por los teóricos de las supercuerdas es
que el esquema es una de las mejores teorías candidatas para formular una
teoría cuántica de la gravedad. La teoría de las supercuerdas es una
taquigrafía de la teoría supersimétrica de cuerdas porque, a diferencia de la
teoría de cuerdas bosónica, esta es la versión de la teoría de cuerdas que,
mediante la supersimetría, incorpora a los fermiones.
La teoría de las supercuerdas comprende cinco teorías o formulaciones
alternativas de teorías de cuerdas, combinadas en la que se han introducido
requerimientos de supersimetría. El nombre teoría de cuerdas se usa actualmente
como sinónimo ya que todas las teorías de cuerdas ampliamente estudiadas son,
de hecho, teorías de supercuerdas.
La idea fundamental es que en realidad son cuerdas que vibran en resonancia
a una frecuencia de la longitud de Planck y en donde el gravitón sería una
cuerda de espín 2 y masa nula.
Recientemente se ha podido probar que varias de estas formulaciones son
equivalentes y tras todas ellas podría existir una teoría unificada o teoría
del todo. Las cinco teorías existentes no serían más que casos límite
particulares de esta teoría unificada, denominada provisionalmente como Teoría
M. Esta teoría M intenta explicar a la vez todas las partículas subatómicas
existentes y unificar las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza. Define
el universo formado por multitud de cuerdas vibrantes, ya que es una versión de
la teoría de cuerdas que incorpora fermiones y la supersimetría.
El principal problema de la física actual es poder incorporar la fuerza de
la gravedad tal y como la explica la teoría de la relatividad general al resto
de las fuerzas físicas ya unificadas. La teoría de las supercuerdas sería un
método de unificación de dichas teorías. La teoría está lejos de estar acabada
y perfilada, ya que hay muchísimas variables sin definir, por lo que existen
varias versiones de la misma.
La Teoría de Supercuerdas es un esquema teórico para explicar todas
las partículas y fuerzas fundamentales de la naturaleza en una sola teoría que
modela las partículas y campos físicos como vibraciones de delgadas cuerdas
supersimétricas que se mueven en un espacio-tiempo de más de 4 dimensiones.
Una de las motivaciones esgrimidas por los teóricos de las supercuerdas es
que el esquema es una de las mejores teorías candidatas para formular una
teoría cuántica de la gravedad. La teoría de las supercuerdas es una
taquigrafía de la teoría supersimétrica de cuerdas porque, a diferencia de la
teoría de cuerdas bosónica, esta es la versión de la teoría de cuerdas que,
mediante la supersimetría, incorpora a los fermiones.
La teoría de las supercuerdas comprende cinco teorías o formulaciones
alternativas de teorías de cuerdas, combinadas en la que se han introducido
requerimientos de supersimetría. El nombre teoría de cuerdas se usa actualmente
como sinónimo ya que todas las teorías de cuerdas ampliamente estudiadas son,
de hecho, teorías de supercuerdas.
La idea fundamental es que en realidad son cuerdas que vibran en resonancia
a una frecuencia de la longitud de Planck y en donde el gravitón sería una
cuerda de espín 2 y masa nula.
Recientemente se ha podido probar que varias de estas formulaciones son
equivalentes y tras todas ellas podría existir una teoría unificada o teoría
del todo. Las cinco teorías existentes no serían más que casos límite
particulares de esta teoría unificada, denominada provisionalmente como Teoría
M. Esta teoría M intenta explicar a la vez todas las partículas subatómicas
existentes y unificar las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza. Define
el universo formado por multitud de cuerdas vibrantes, ya que es una versión de
la teoría de cuerdas que incorpora fermiones y la supersimetría.
El principal problema de la física actual es poder incorporar la fuerza de
la gravedad tal y como la explica la teoría de la relatividad general al resto
de las fuerzas físicas ya unificadas. La teoría de las supercuerdas sería un
método de unificación de dichas teorías. La teoría está lejos de estar acabada
y perfilada, ya que hay muchísimas variables sin definir, por lo que existen
varias versiones de la misma.
El problema de fondo en la física teórica es armonizar la teoría de la
relatividad general, donde se describen la gravitación y las estructuras a gran
escala (estrellas, galaxias, cúmulos), con la mecánica cuántica, donde se
describen las otras tres fuerzas fundamentales que actúan a nivel atómico.
El desarrollo de la teoría cuántica de campos de una fuerza invariable
resulta en infinitas (y útiles) probabilidades. Los físicos han desarrollado
técnicas matemáticas de renormalización para eliminar esos infinitos de tres de
las cuatro fuerzas fundamentales -electromagnetismo, nuclear fuerte y nuclear
débil- pero no de la gravedad. El desarrollo de la teoría cuántica de la
gravedad debe, por lo tanto, venir de diferente manera que de los usados para
las otras fuerzas.
La idea básica es que los constituyentes fundamentales de la realidad son
cuerdas de una longitud de Planck (cercano a 10?35 m) que vibran a
frecuencias de resonancia. Cada cuerda en teoría tiene una única resonancia, o
armonía. Diferentes armonías determinan diferentes fuerzas fundamentales. La
tensión en la cuerda es del orden de las fuerzas de Planck (1044 N).
El gravitón (nombre propuesto para la partícula que lleve la fuerza
gravitacional), por ejemplo, es predicha por la teoría que sea una cuerda con
amplitud cero. Otra idea clave de la teoría es que no pueden ser detectadas
diferencias mensurables entre cuerdas que recapitulan sobre dimensiones
pequeñas en sí mismas y muchas que se mueven en grandes dimensiones (p.e. que
afectan a una dimensión de tamaño R iguales a una de tamaño 1/R). Las
singularidades son evitadas porque las consecuencias observables del "gran
colapso" nunca alcanzan el tamaño cero. De hecho puede el universo
comenzar un pequeño "gran colapso" de procesos, la teoría de cuerdas
dice que el universo nunca puede ser más pequeño que el tamaño de una cuerda, a
ese punto podría comenzar a expandirse.
El Problema de las Dimensiones: Aunque el
universo físico observable tiene tres dimensiones espaciales y una dimensión
temporal, nada prohíbe a una teoría describir un universo con más de cuatro
dimensiones, especialmente si existe un mecanismo de "inobservabilidad
aparente" de las dimensiones adicionales. Ése es el caso de las teoría de
cuerdas y la teoría de supercuerdas que postulan dimensiones adicionales
compactificadas y que sólo serían observables en fenómenos físicos que
involucran altísimas energías. En el caso de la teoría de supercuerdas, la
consistencia de la propia teoría requiere un espacio-tiempo de 10 ó 26
dimensiones. El conflicto entre la observación y la teoría se resuelve
compactando las dimensiones que no se pueden observar en el rango de energías
habituales. De hecho, la teoría de supercuerdas no es la primera teoría física
que propone dimensiones espaciales extra; a principios de siglo se propuso una
teoría geométrica del campo electromagnético y gravitatorio conocida como
teoría de Kaluza-Klein que postulaba un espacio-tiempo de 5 dimensiones.
Posteriormente la idea de Kaluza y Klein se usó para postular la teoría de la
supergravedad de 11 dimensiones que también utiliza la supersimetría.
La mente humana tiene dificultad visualizando dimensiones mayores porque
solo es posible moverse en 3 dimensiones espaciales. Una manera de tratar con
esta limitación es no intentando visualizar dimensiones mayores del todo sino
simplemente pensando, al momento de realizar ecuaciones que describan un
fenómeno, que se deben realizar más ecuaciones de las acostumbradas. Esto abre
las interrogantes de que estos 'números extra' pueden ser investigados
directamente en cualquier experimento (donde se mostrarían resultados en 1, 2,
2+1 dimensiones a científicos humanos). Así, a su vez, aparece la pregunta de
si este tipo de modelos que se investigan en este modelado abstracto (y
aparatos experimentales potencialmente imposibles) puedan ser considerados
'científicos'. Las formas de seis dimensiones de Calabi-Yau pueden contar con
dimensiones adicionales por la teoría de supercuerdas.
Una teoría que la generaliza es la teoría de branas, en donde las cuerdas
son sustituidas por constituyentes elementales de tipo "membrana", de
ahí su nombre. La existencia de 10 dimensiones es matemáticamente necesaria
para evitar la presencia de taquiones, partículas más rápidas que la luz, y los
"fantasmas", partículas con probabilidad de existencia nula.
La Teoría de las Supercuerdas se puede explicar con la Física Racional a
través de la Mecánica de Fluidos, sin necesidad de recurrir a espacio
superiores a tres dimensiones. A este fin, basta considerar a las cuerdas como
hilos de remolinos, que hay en un fluido ideal en agitación (fluido magnético).
Los remolinos según su espín serán fermiones o bosones, correspondientes a las
partículas subatómicas, con los remolinos también explicamos los agujeros
negros, las cargas eléctricas, así como la formación de masa en el campo, a la
vez que nos da explicación a las cuatro fuerzas de la naturaleza. Todo esto
constituye una nueva teoría denominada Teoría del Cladín.
Las cinco teorías de supercuerdas consistentes son:
Las teorías quirales de gauge pueden ser inconsistentes en sus anomalías.
Esto ocurre cuando un bucle del Diagrama de Feynman causa un rompimiento de la
mecánica cuántica de la simetría de gauge. Anulando anomalías se limita a las
posibles teorías de cuerdas.
Integrando Relatividad General con Mecánica Cuántica
La relatividad general normalmente se refiere a situaciones que envuelven
objetos masivos grandes en lejanas regiones del espacio-tiempo donde la
mecánica cuántica se reserva para escenarios a escala atómica (regiones
pequeñas de espacio-tiempo). Las dos son muy difícilmente usadas juntas, y el
caso más común en donde se combina su estudio son los agujeros negros. Teniendo
"picos de densidad" o máximo cantidades de materia posible en el
espacio, y un área muy pequeña, las dos deben ser usadas en sincronía para
predecir condiciones en ciertos lugares; aun cuando son usados juntos, las
ecuaciones se desmoronan y brindan respuestas imposibles, tales como distancias
imaginarias y menos de una dimensión.
El mayor problema con su congruencia es que, a dimensiones menores a las de
Planck, la relatividad general predice una certeza, una superficie fluida,
mientras que la mecánica cuántica predice una probabilidad, una superficie
deformada; que no son compatibles. La teoría de supercuerdas resuelve este
requerimiento, remplazando la idea clásica de partículas puntuales con bucles.
Esos bucles tendrían un diámetro promedio de una longitud de Planck, con
variaciones extremadamente pequeñas, que ignora completamente las predicciones
de la mecánica cuántica a dimensiones menores a las de Planck, y que para su
estudio no toma en cuenta esas longitudes.
En las últimas décadas, la teoría de cuerdas ha aparecido como uno de los
candidatos más prometedores para ser una teoría microscópica de la gravedad. Y
es infinitamente más ambiciosa: pretende ser una descripción completa,
unificada, y consistente de la estructura fundamental de nuestro universo. (Por
esta razón ocasionalmente se le otorga el arrogante título de "teoría de
todo".)
La idea esencial detrás de la teoría de cuerdas es la siguiente: todas las diversas
partículas "fundamentales" del modelo estándar son en realidad solo
manifestaciones diferentes de un objeto básico: una cuerda. ¿Cómo puede ser
esto? Bien, pues normalmente nos imaginaríamos que un electrón, por ejemplo, es
un "puntito", sin estructura interna alguna. Un punto no puede hacer
nada más que moverse. Pero, si la teoría de cuerdas es correcta, utilizando un
"microscopio" muy potente nos daríamos cuenta que el electrón no es
en realidad un punto, sino un pequeño "lazo", una cuerdita. Una
cuerda puede hacer algo además de moverse--- puede oscilar de diferentes
maneras. Si oscila de cierta manera, entonces, desde lejos, incapaces de
discernir que se trata realmente de una cuerda, vemos un electrón. Pero si
oscila de otra manera, entonces vemos un fotón, o un quark, o cualquier otra de
las partículas del modelo estándar. De manera que, si la teoría de cuerdas es
correcta, ¡el mundo entero está hecho solo de cuerdas!
Quizás lo más sorprendente acerca de la teoría de cuerdas es que una idea
tan sencilla funciona es posible obtener (una extensión de) el modelo estándar
(el cual ha sido verificado experimentalmente con una precisión extraordinaria)
a partir de una teoría de cuerdas. Pero es importante aclarar que, hasta el
momento, no existe evidencia experimental alguna de que la teoría de cuerdas en
sí sea la descripción correcta del mundo que nos rodea. Esto se debe
principalmente al hecho de que la teoría de cuerdas está aún en etapa de
desarrollo. Conocemos algunas de sus partes; pero todavía no su estructura
completa, y por lo tanto no podemos aún hacer predicciones concretas. En años
recientes han habido muchos avances extraordinariamente importantes y
alentadores, los cuales han mejorado radicalmente nuestra comprensión de la
teoría.
Actualmente, mediante la teoría de supercuerdas se enuncia la existencia de
un espacio de 11 dimensiones, estas son las 3 de espacio que todos somos
capaces de observar, estas son la altura, el ancho y la profundidad, la cuarta
dimensión es intuitiva y va relacionado con el tiempo, ya que los objetos
cambian según el tiempo es posible intuitivamente ser aceptado como dimensión,
posteriormente se enuncian 7 dimensiones adicionales “compactadas” y una que
las va englobando formando “membranas” de las cuales se podría escapar parte de
la gravedad de ellas en forma de “gravitones”. Esta teoría única, llamada
teoría M, fue conjeturada en 1995.
Para comprender las siguientes 7 dimensiones debemos entender que la teoría
de cuerdas está basada en que todos los bloques de materia son en realidad
expresiones de un objeto básico unidimensional extendido llamado “cuerda”, en
esta teoría electrón no es un “punto” sin estructura interna y de dimensión
cero, sino una cuerda minúscula que vibra en un espacio-tiempo de más de cuatro
dimensiones. Un punto no puede hacer nada más que moverse en un espacio
tridimensional. De acuerdo con esta teoría a nivel “microscópico” se percibiría
que el electrón no es en realidad un punto, sino una cuerda en forma de lazo.
Una cuerda puede hacer algo además de moverse, puede oscilar de diferentes
maneras. De forma que dependiendo de su oscilación, macroscópicamente veríamos
un electrón; pero en caso que su oscilación fuese distinta, veríamos un fotón,
un quark, o cualquier otro tipo de partícula. Esta teoría, ampliada con otras
como la de las supercuerdas o las Teoría M pretenden alejarse de la concepción
del punto-partícula, de esta forma en vez que hablar sobre partículas se
hablara de nudos o cuerdas, que serán los mismos objetos extendidos de forma
unidimensional.
En física, la Teoría-M (a veces denominada Teoría-U) es la
proposición de una “Teoría universal” que unifique las cinco teorías de las
Supercuerdas. Basada en los trabajos de varios científicos teóricos (incluidos:
Chris Hull, Paul Townsend, Ashoke Sen, Michael Duff y John H. Schwarz), Edward
Witten, del “Institute for Advanced Study”, sugirió la existencia de las
Supercuerdas en una conferencia en la USC en 1995, usando a la Teoría-M para
explicar un número de dualidades previamente observadas, dando el chispazo para
una nueva investigación de la teoría de las cuerdas llamada segunda revolución
de supercuerdas.
En esta teoría se identifican 11 dimensiones, en donde la supergravedad
interactúa entre membranas de 2 a 5 dimensiones. Esto evidenciaría la
existencia de infinitos Universos paralelos, algunos de los cuales serían como
el nuestro con mayores o menores diferencias, y otros que serían impensables
con 4 o 5 dimensiones. Esto explicaría la debilidad de la gravedad, pues la
partícula del gravitón sería la única que podría pasar por todas las membranas,
perdiendo su fuerza.
A comienzos de los años 1990, se demostró que las varias teorías de las
Supercuerdas estaban relacionadas por dualidades, que permitían a los físicos
relacionar la descripción de un objeto en una teoría de Supercuerda para
eventualmente describir un objeto diferente de otra teoría. Estas relaciones
implican que cada una de las teorías de Supercuerdas es un diferente aspecto de
una sola teoría, propuesta por Witten, y llamada “Teoría-M”.
Como sugieren sus nombres, algunas de estas teorías de cuerdas están
relacionadas entre sí. En 1990, los teóricos descubrieron que algunas de estas
relaciones eran tan fuertes que se podían usar como su identificación. La
Teoría de cuerda Tipo IIA y la de Tipo IIB están conectadas por dualidad-T;
esto significa que esencialmente la descripción de la Teoría de cuerda Tipo IIA
de un círculo de radio R es exactamente el mismo en la descripción del IIB de
círculo de radio 1/R, que son distancias medidas en unidades de distancia de
Planck.
La teoría M contiene mucho más que sólo cuerdas. Contiene tanto objetos de
mayor como menor dimensionalidad. Estos objetos son llamados P-branas* donde p
denota su dimensionalidad (así, 1-brana podría ser una cuerda y 2-brana una
membrana) o D-branas (si son cuerdas abiertas). Objetos de mayores dimensiones
siempre estuvieron presentes en la teoría de las cuerdas pero nunca pudieron
ser estudiados antes de la Segunda Revolución de las Supercuerdas debido a su naturaleza
no-perturbativa. Incluso se ha sugerido que el Big bang fue producido por la
colisión de dos de estas membranas, brotando nuestro Universo.
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