Agujeros de Gusano o Puente de Einstein-Rosen
En Física, un Agujero de Gusano, también conocido como un Puente de Einstein-Rosen, es una hipotética característica topológica del espacio-tiempo, descrita por las ecuaciones de la relatividad general, la cual es esencialmente un "atajo" a través del espacio y el tiempo.
Un agujero de gusano tiene por lo menos dos extremos, conectados a una única "garganta", pudiendo la materia 'viajar' de un extremo a otro pasando a través de ésta.
- El supuestamente formado por un agujero negro de Schwarzschild, este "agujero de gusano de Schwarzschild" producido por un agujero negro de Schwarzschild se considera infranqueable;
- El agujero de gusano supuestamente formado por un agujero negro de Reissner-Nordstrøm o Kerr-Newman, resultaría franqueable pero en una sola dirección, pudiendo contener un "agujero de gusano de Schwarzschild";
- El agujero de gusano de Lorentz posee masa negativa y se hipotetiza como franqueable en ambas direcciones (pasado/futuro).
Tomado del Portal de Stephen Hawking: Hola. Mi nombre es Stephen Hawking. Físico, cosmologista, y también soñador. Aunque no puedo moverme y tengo que hablar a través de una computadora, en mi mente soy libre. Libre para explorar el universo y hacer las grandes preguntas, como: es posible el viaje en el tiempo? Podemos abrir un portal al pasado, o encontrar un atajo al futuro? Podemos finalmente usar las reglas de la naturaleza para convertirnos en maestros del mismo tiempo?
El primer
científico en teorizar la existencia de agujeros de gusanos fue Ludwig Flamm en
1916. En este sentido la hipótesis del agujero de gusano es una actualización
de la decimonónica teoría de una cuarta dimensión espacial que suponía -por
ejemplo- dado un cuerpo toroidal en el que se podían encontrar las tres
dimensiones espaciales comúnmente perceptibles, una cuarta dimensión espacial
que abreviara las distancias, y así los tiempos de viaje. Esta noción inicial
fue plasmada más científicamente en 1921 por el matemático Hermann Weyl en
conexión con sus análisis de la masa en términos de la energía de un campo
electromagnético.
En la
actualidad la teoría de cuerdas admite la existencia de más de 3 dimensiones
espaciales pero las otras dimensiones espaciales estarían contractadas o
compactadas a escalas subatómicas (según la teoría de Kaluza-Klein) por lo que
parece muy difícil (diríase "imposible") aprovechar tales dimensiones
espaciales "extra" para viajes en el espacio y en el tiempo.
El término
"agujero de gusano" fue introducido por el físico teórico
norteamericano John Wheeler en 1957 y proviene de la siguiente analogía, usada
para explicar el fenómeno: imagine que el universo es la cáscara de una
manzana, y un gusano viaja sobre su superficie. La distancia desde un lado de
la manzana hasta el otro es igual a la mitad de la circunferencia de la manzana
si el gusano permanece sobre la superficie de ésta. Pero si en vez de esto,
cavara un agujero directamente a través de la manzana la distancia que tendría
que recorrer sería considerablemente menor, recordando la afirmación que dice
"la distancia más cercana entre dos puntos es una línea recta que los une
a ambos".
La
definición topológica de agujero de gusano no es intuitiva. Se dice que en una
región compacta del espacio-tiempo existe un agujero de gusano cuando su
conjunto frontera es topológicamente trivial pero cuyo interior no es
simplemente conexo. Formalizar esta idea conduce a definiciones como la
siguiente, tomada del Lorentzian Wormholes de Matt Visser:
Si un
espacio-tiempo de Lorentz contiene una región compacta ? y si la topología de ?
es de la forma ? ~ R x ?, donde ? es una de las tres formas múltiples de
topología poco trivial, cuya frontera tiene topología de la forma d? ~ S², y si
además las hipersuperficies ? son de tipo espacial, entonces, la región ?
contiene un agujero de gusano intra-universal cuasipermanente.
Caracterizar
agujeros de gusano del inter-universo es más difícil. Por ejemplo, podemos
imaginar un universo "recién nacido" conectado a su "universo
progenitor" por un "ombligo" estrecho. Cabría considerar el
ombligo como la garganta de un agujero de gusano, por la cual el espacio-tiempo
está conectado.
Tipos de Agujeros de Gusano
Los agujeros de Gusano del Intra-Universo
conectan una posición de un universo con otra posición del mismo universo en un
tiempo diferente. Un agujero de gusano debería poder conectar posiciones
distantes en el universo por plegamientos espaciotemporales, permitiendo viajar
entre ellas en menor tiempo del que tomaría hacer el viaje a través de espacio
normal.
Los Agujeros
de gusano del Inter-Universo asocian un universo con otro diferente y son
denominados agujeros de gusano de Schwarzschild. Esto nos permite especular si
tales agujeros de gusano podrían usarse para viajar de un universo a otro
paralelo. Otra aplicación de un agujero de gusano podría ser el viaje en el
tiempo. En ese caso sería un atajo para desplazarse de un punto espaciotemporal
a otro diferente. En la teoría de cuerdas un agujero de gusano es visualizado
como la conexión entre dos D-branas, donde las bocas están asociadas a las
branas y conectadas por un tubo de flujo. Se cree que los agujeros de gusano
son una parte de la espuma cuántica o espaciotemporal.
Otra Clasificación:
Los agujeros de gusano Euclídeos, estudiados en física de partículas. Los
agujeros de gusano de Lorentz, son principalmente estudiados en relatividad
general y en gravedad semiclásica. Los agujeros de gusano atravesables son un
tipo especial de agujero de gusano de Lorentz que permitiría a un humano viajar
de un lado al otro del agujero. De momento existen teóricamente diferentes
tipos de agujeros de gusanos que son principalmente soluciones matemáticas a la
cuestión:
Agujeros de
gusano de Schwarzschild Los agujeros de gusano de Lorentz, conocidos como
agujeros de gusano de Schwarzschild, o puentes de Einstein-Rosen, son nexos que
unen áreas de espacio que puede ser modeladas como soluciones de vacío en las
ecuaciones de campo de Einstein, por unión de un modelo de un agujero negro y
un modelo de un agujero blanco. Esta solución fue hallada por Albert Einstein y
su colega Nathan Rosen, que publicó primero el resultado en 1935. Sin embargo,
en 1962, John A. Wheeler y Robert W. Fuller publicaron un artículo demostrando
que este tipo de agujero de gusano es inestable, y se desintegraría
instantáneamente tan pronto como se formase. Antes de que los problemas de
estabilidad de los agujeros de gusano de Schwarzschild se hiciesen evidentes,
se propuso que los quásares podían ser agujeros blancos, formando así las zonas
terminales de los agujeros de gusano de este tipo, sin embargo investigaciones
más recientes descartan a los quásares como equiparables a los agujeros
blancos. Mientras los agujeros de gusano de Schwarzschild no sean atravesados,
su existencia inspiró a Kip Thorne a imaginar agujeros de gusano atravesados
creados por la sujeción de la "garganta" de un agujero de gusano de
Schwarzschild abierto con materia exótica (materia que tiene masa/energía
negativa).
Agujeros de
Gusano Atravesables Los agujeros de gusano atravesables de Lorentz permitirían
viajar de una parte del Universo a otra de ese mismo Universo muy deprisa o
permitirían el viaje de un Universo a otro. Los agujeros de gusano conectan dos
puntos del espacio-tiempo, lo cual quiere decir que permitirían el viaje en el
tiempo así como también en espacio. La posibilidad de agujeros de gusano
atravesados en la relatividad general fue primero demostrada por Kip S. Thorne
y su graduado Mike Morris en un artículo publicado en 1988. El tipo de agujero
de gusano atravesado que ellos descubrieron, se mantenía abierto por una
especie de concha esférica de materia exótica, denominado como agujero de
gusano de Morris-Thorne . Posteriormente se han descubierto otros tipos de
agujeros de gusano atravesados como posibles soluciones en la relatividad
general, como un tipo de agujero que se mantiene abierto por cuerdas cósmicas,
el cual ya fue predicho por Matt Visser en un artículo publicado en 1989.
Se sabe que
los agujeros de gusano de Lorentz son posibles dentro de la relatividad
general, pero la posibilidad física de estas soluciones es incierta. Incluso,
se desconoce si la teoría de la gravedad cuántica que se obtiene al condensar
la relatividad general con la mecánica cuántica, permitiría la existencia de
estos fenómenos. La mayoría de las soluciones conocidas de la relatividad
general que permiten la existencia de agujeros de gusano atravesados requieren
la existencia de materia extraña, una sustancia teórica que tiene densidad
negativa de energía. Sin embargo, no ha sido matemáticamente probado que éste
sea un requisito absoluto para este tipo agujeros de gusano atravesados, ni ha
sido establecido que la materia exótica no pueda existir.
No se sabe
aún empíricamente si existen agujeros de gusano. Una solución a las ecuaciones
de la Relatividad General (tal como la que hiciera L. Flamm) que pudiera hacer
posible la existencia de un agujero de gusano sin el requisito de una materia
exótica — sustancia teórica que poseería una densidad de energía negativa— no
ha sido todavía verificada. Muchos físicos, incluido Stephen Hawking ( con su
conjetura de protección cronológica de Hawking) consideran que a causa de las
paradojas, (¿o acaso aporías?), que un viaje en el tiempo a través de un
agujero de gusano implicaría que existiría algo fundamental en las leyes de la
física que impide tales fenómenos (ver censura cósmica).
En marzo de
2005, Amos Ori visualizó un agujero de gusano que permitía viajar en el tiempo,
sin precisar materia exótica y satisfaciendo todas las condiciones energéticas.
La estabilidad de esta solución es incierta, por lo que sigue sin estar claro
si se requeriría una precisión infinita para que se formase y permitiese el
viaje en el tiempo, y también si los efectos cuánticos protegerían la secuencia
cronológica del tiempo en este caso.
Un agujero
de gusano podría permitir en teoría el viaje en el tiempo. Esto podría llevarse
a cabo acelerando el extremo final de un agujero de gusano a una velocidad
relativamente alta respecto de su otro extremo. La dilatación de tiempo
relativista resultaría en una boca del agujero de gusano acelerada envejeciendo
más lentamente que la boca estacionaria, visto por un observador externo, de
forma parecida a lo que se observa en la paradoja de los gemelos. Sin embargo,
el tiempo pasa diferente a través del agujero de gusano respecto del exterior,
por lo que, los relojes sincronizados en cada boca permanecerán sincronizados
para alguien viajando a través del agujero de gusano, sin importar cuanto se
muevan las bocas. Esto quiere decir que cualquier cosa que entre por la boca
acelerada del agujero de gusano podría salir por la boca estacionaria en un
punto temporal anterior al de su entrada si la dilatación de tiempo ha sido
suficiente.
Hasta
comienzos de este siglo la gente creía en el tiempo absoluto. Es decir, en que
cada suceso podría ser etiquetado con un número llamado «tiempo» de una forma
única, y todos los buenos relojes estarían de acuerdo en el intervalo de tiempo
transcurrido entre dos sucesos. Sin embargo, el descubrimiento de que la
velocidad de la luz resultaba ser la misma para todo observador, sin importar
cómo se estuviese moviendo éste, condujo a la teoría de la relatividad, y en
ésta tenía que abandonarse la idea de que había un tiempo absoluto único. En
lugar de ello, cada observador tendría su propia medida del tiempo, que sería
la registrada por un reloj que él llevase consigo: relojes correspondientes a
diferentes observadores no coincidirían necesariamente. De este modo, el tiempo
se convirtió en un concepto más personal, relativo al observador que lo medía.
Cuando se
intentaba unificar la gravedad con la mecánica cuántica se tuvo que introducir
la idea de tiempo "imaginario". El tiempo imaginario es
indistinguible de las direcciones espaciales. Si uno puede ir hacia el norte,
también puede dar la vuelta y dirigirse hacia el sur; de la misma forma, si uno
puede ir hacia adelante en el tiempo imaginario, debería poder también dar la
vuelta e ir hacia atrás. Esto significa que no puede haber ninguna diferencia
importante entre las direcciones hacia adelante y hacia atrás del tiempo
imaginario. Por el contrario, en el tiempo "real", hay una diferencia
muy grande entre las direcciones hacia adelante y hacia atrás, como todos
sabemos. ¿De dónde proviene esta diferencia entre el pasado y el futuro? ¿Por
qué recordamos el pasado pero no el futuro?
Las leyes de
la ciencia no distinguen entre el pasado y el futuro. Con más precisión, como
se explicó anteriormente, las leyes de la ciencia no se modifican bajo la
combinación de las operaciones (o simetrías) conocidas como C, P y T. (C
significa cambiar partículas por antipartículas. P significa tomar la imagen
especular, de modo que izquierda y derecha se intercambian. T significa
invertir la dirección de movimiento de todas las partículas: en realidad,
ejecutar el movimiento hacia atrás.) Las leyes de la ciencia que gobiernan el
comportamiento de la materia en todas las situaciones normales no se modifican
bajo la combinación de las dos operaciones C y P por sí solas. En otras
palabras, la vida sería exactamente la misma para los habitantes de otro
planeta que fuesen imágenes especulares de nosotros y que estuviesen hechos de
antimateria en vez de materia.
Tratamos el
tiempo como si fuera una línea de tren recta por la que sólo se puede ir en una
dirección o en la opuesta.
Pero ¿que
sucedería si la línea de tren tuviera bucles y ramificaciones de forma que un
tren pudiera, yendo siempre hacia adelante, volver a una estación por la que ya
ha pasado? En otras palabras, ¿sería posible que alguien pudiera viajar al
futuro o al pasado?
H. G. Wells
en La máquina del tiempo exploro estas posibilidades, al igual que han hecho
otros innumerables escritores de ciencia ficción. Pero muchas de las ideas de
ciencia ficción, como los submarinos o los viajes a la Luna, se han convertido
en hechos científicos. Así pues, ¿cuáles son las perspectivas de los viajes en
el tiempo?
La primera
indicación de que las leyes de la física podrían permitir realmente los viajes
en el tiempo se produjo en 1949 cuando Kurt Gödel descubrió un nuevo
espacio-tiempo permitido por la teoría de la relatividad. Gödel fue un
matemático que se hizo famoso al demostrar que es imposible probar todas las
afirmaciones verdaderas, incluso si nos limitáramos a tratar de probar las de
una materia tan aparentemente segura como la aritmética. Al igual que el
principio de incertidumbre, el teorema de incompletitud de Gödel puede ser una
limitación fundamental en nuestra capacidad de entender y predecir el universo,
pero al menos hasta ahora no parece haber sido un obstáculo en nuestra búsqueda
de una teoría unificada completa.
Gödel
aprendió la teoría de la relatividad general cuando, junto con Einstein, pasó
los últimos años de su vida en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton.
Su espacio-tiempo poseía la curiosa propiedad de que el universo completo
estaba rotando. Uno podría preguntarse «¿Rotando con respecto a qué?». La
respuesta es que la materia distante rotaría con respecto a las direcciones en
las que señalan las peonzas o los giróscopos.
Esto
conlleva el efecto lateral de que sería posible que alguien saliera en una nave
espacial y volviera a la Tierra antes de haber despegado. Esta propiedad
preocupó a Einstein, que creía que la relatividad general que halló no
permitiría los viajes en el tiempo. Sin embargo, dados los antecedentes de
Einstein de oposiciones infundadas al colapso gravitatorio y al principio de
incertidumbre, quizás esto fuera un signo alentador. La solución que halló
Gödel no corresponde al universo en el que vivimos, porque podemos demostrar
que el universo no gira. También posee un valor no nulo de la constante
cosmológica que Einstein introdujo cuando creía que el universo permanecía
invariable. Una vez que Hubble descubrió la expansión del universo, no había
necesidad de una constante cosmológica, y la creencia generalizada hoy en día
es que su valor es cero. Sin embargo, se han encontrado nuevos y más razonables
espacio-tiempos compatibles con la relatividad general y que permiten viajar al
pasado. Uno de ellos es el interior de un agujero negro en rotación. Otro es un
espacio-tiempo que contiene dos cuerdas cósmicas en movimiento que se cruzan a
alta velocidad. Como sugiere su nombre, las cuerdas cósmicas son objetos
similares a cuerdas en el sentido de que su sección es mucho menor que su
longitud. De hecho, son más bien como tiras de goma porque están sometidas a
tensiones enormes, del orden de millones de millones de millones de millones de
toneladas. Una cuerda cósmica unida a la Tierra podría acelerarla de 0 a 100
Km./h en la treintava parte de un segundo. Las cuerdas cósmicas pueden parecer
pura ciencia ficción, pero hay razones para creer que se podrían haber formado
en los primeros instantes del universo como resultado de una rotura de simetría
similar a las discutidas en el capítulo 5. Debido a que estarían bajo tensiones
enormes y podrían empezar en una configuración cualquiera, serían capaces de
acelerarse hasta velocidades altísimas al enderezarse.
La solución
de Gödel y el espacio-tiempo de las cuerdas cósmicas comienzan tan
distorsionados que el viaje al pasado es siempre posible. Dios podría haber
creado un universo así de curvado, pero no poseemos razones para pensar que lo
hiciera. Las observaciones del fondo de microondas y de la gran cantidad de
elementos ligeros indican que el universo primitivo no poseía el tipo de
curvatura necesario para permitir los viajes en el tiempo. A la misma
conclusión se llega teóricamente a partir de la propuesta de no existencia de fronteras.
Así, la pregunta es: si el universo empieza sin la clase de curvatura requerida
para viajar en el tiempo, ¿podemos posteriormente curvar regiones concretas del
espacio-tiempo lo suficiente como para permitirlo?
Supongamos,
sin embargo, que la nave espacial tuviera que viajar más rápido que la luz para
llevar el resultado de la carrera al Congreso. Entonces, observadores que se
muevan con velocidades diferentes podrían no coincidir en si el suceso A
ocurrió antes que B o viceversa. De acuerdo con el tiempo de un observador en
reposo con respecto de la Tierra, el Congreso comenzaría después de la carrera.
Así, este observador pensaría que una nave espacial podría llegar a tiempo de A
a B con tal de que pudiera ignorar el límite de la velocidad de la luz. Sin
embargo, un observador en Alfa Centauro que se estuviera alejando de la Tierra
a casi la velocidad de la luz diría que el suceso B, la apertura del Congreso,
ocurrió antes que el A, la carrera de 100 metros. La teoría de la relatividad
nos dice que las leyes de la física parecen ser las mismas para observadores
que se mueven a velocidades diferentes.
Esto ha sido
adecuadamente comprobado por experimentos y es probable que siga siendo válido
incluso si se encuentra una teoría más avanzada que reemplace a la relatividad.
Así, el observador en movimiento diría que si fuera posible viajar más rápido
que la luz, debería ser posible llegar desde el suceso B, la apertura del
Congreso, al suceso A, la carrera de 100 metros. Si uno fuera ligeramente más
rápido, hasta podría volver antes de la carrera y apostar estando seguro de
quien sería el ganador.
Existe un
problema con la ruptura de la barrera de la velocidad de la luz. La teoría de
la relatividad nos dice que la potencia del cohete necesaria para acelerar la
nave espacial aumenta cada vez más conforme nos acercamos a la velocidad de la
luz. Tenemos evidencias experimentales de ello, no con naves espaciales, pero
si con partículas elementales en los aceleradores de partículas como el del
Fermilab o el del CERN (Centro Europeo para la investigación Nuclear). Podemos
acelerar partículas hasta un 99,99 por ciento de la velocidad de la luz, pero,
por mucha más potencia que les suministremos, no podemos hacer que vayan más
allá de la barrera de la velocidad de la luz. Igual ocurre con las naves
espaciales: independientemente de la potencia que les suministremos, nunca
pueden acelerarse por encima de la velocidad de la luz.
Ello
supondría descartar tanto los viajes espaciales rápidos como los viajes hacia
atrás en el tiempo. Sin embargo, existe una escapatoria. Podría ocurrir que
fuéramos capaces de doblar el espacio-tiempo de tal manera que hubiera un atajo
entre A y B. Una forma de hacerlo sería creando un agujero de gusano entre A y
B. Como sugiere su nombre, un agujero de gusano es un tubo estrecho del
espacio-tiempo que puede conectar dos regiones casi planas muy alejadas.
No tiene por
que existir ninguna relación entre la distancia a través del agujero de gusano
y la separación de sus extremos a lo largo del espacio-tiempo casi plano, Así,
uno podría imaginarse que podría crear o encontrar un agujero de gusano que
llevara de las cercanías del sistema solar a Alfa Centauro. La distancia a
través del agujero de gusano podría ser de solo unos pocos millones de kilómetros
a pesar de que la Tierra y Alfa Centauro estén a cuarenta millones de millones
de kilómetros de distancia en el espacio ordinario. Esto nos permitiría que las
noticias sobre la carrera de 100 metros llegaran a la apertura del Congreso.
Pero entonces un observador que viajara hacia la Tierra también debería de ser
capaz de encontrar otro agujero de gusano que le permitiera ir de la apertura
del Congreso en Alfa Centauro de vuelta a la Tierra antes del comienzo de la
carrera. Así, los agujeros de gusano, al igual que cualquier otra forma de
viajar más rápido que la luz, nos permitirían viajar al pasado.
La idea de
los agujeros de gusano entre regiones diferentes del espacio-tiempo no fue un
invento de los escritores de ciencia ficción, sino que provino de fuentes muy
respetables.
En 1935
Einstein y Nathan Rosen escribieron un artículo en el que mostraban que la
relatividad general permite lo que ellos denominaron «puentes», pero que ahora
se conocen como agujeros de gusano. Los puentes de Einstein-Rosen no duraban lo
suficiente como para que una nave espacial pudiera atravesarlos: se convertían
en una singularidad al desinflarse el agujero de gusano. Sin embargo, se ha
sugerido como factible que una civilización avanzada pudiera mantener abierto
un agujero de gusano. Para ello, o para doblar el espacio-tiempo de tal forma
que permitiera los viajes en el tiempo, se puede demostrar que se necesita una
región del espacio-tiempo con curvatura negativa, similar a la superficie de
una silla de montar. La materia ordinaria, que posee una densidad de energía
positiva, le produce al espacio-tiempo una curvatura positiva, como la de la
superficie de una esfera. Por lo tanto, para poder doblar el espacio-tiempo de
tal manera que nos permita viajar al pasado, necesitamos materia con una
densidad de energía negativa.
Dado que los
fotones virtuales entre las placas sólo pueden poseer una de las longitudes de
onda resonantes, habrá algunos menos que en la región externa a las placas en
donde los fotones pueden tener cualquier longitud de onda. Por lo tanto, los
fotones virtuales golpearán menos sobre el interior de las placas que sobre el
exterior. Es de esperar la existencia de una fuerza entre las placas, que
tratará de juntar la una con la otra. Esta fuerza ha sido medida realmente y
posee el valor predicho. Así pues, tenemos una evidencia experimental de que
las partículas virtuales existen y producen efectos reales.
El hecho de
que haya menos fotones virtuales entre las placas significa que la densidad de
energía es menor que en el resto del espacio. Pero la densidad de energía total
en el espacio "vacío" lejos de las placas debe ser cero, pues de lo
contrario la densidad de energía curvaría el espacio, que no sería entonces
casi plano. Así, si la densidad de energía entre las placas ha de ser menor que
la densidad de energía lejos de ellas, tiene que ser negativa.
De esta
forma tenemos evidencia experimental tanto de que el espacio-tiempo puede ser
curvado (a partir de la desviación de los rayos de luz durante los eclipses)
como de que puede ser curvado de la manera necesaria para que los viajes en el
tiempo estén permitidos (a partir del efecto Casimir). Se podría esperar por
consiguiente que, conforme avance la ciencia y la tecnología, seamos finalmente
capaces de construir una maquina del tiempo. Pero si fuera así, ¿por qué aún no
ha regresado nadie del futuro y nos ha dicho como construirla? Podrían existir
buenas razones para que fuera imprudente confiarnos el secreto de los viajes en
el tiempo en nuestro estado primitivo de desarrollo, pero, a menos que la
naturaleza humana cambie radicalmente, es difícil creer que algún visitante del
futuro no nos descubriera el pastel. Desde luego, algunas personas
reivindicarán que las visiones de OVNIS son evidencias de que somos visitados
por alienígenas o por gente del futuro. (Si los alienígenas tuvieran que llegar
en un tiempo razonable, necesitarían poder viajar más rápido que la luz, por lo
que las dos posibilidades pueden ser equivalentes.)
Podemo poner
un ejemplo donde dos relojes en ambas bocas del agujero de gusano muestran el
año 2000 antes de acelerar una de las bocas y, tras acelerar una de las bocas
hasta velocidades cercanas a la de la luz, juntamos ambas bocas cuando en la
boca acelerada el reloj marca el año 2010 y en la boca estacionaria marca el
año 2005. De esta forma, un viajero que entrara por la boca acelerada en este
momento saldría por la boca estacionaria cuando su reloj también marcara el año
2005, en la misma región del espacio pero cinco años en el pasado. Tal
configuración de agujeros de gusano permitiría a una partícula de la Línea de
universo del espacio-tiempo formar un circuito espacio-temporal cerrado,
conocido como curva cerrada de tipo tiempo. El curso a través de un agujero de
gusano a través de una curva cerrada de tipo tiempo hace que un agujero de
gusano tenga características de hueco temporal.
Se considera que es prácticamente imposible convertir a un agujero de gusano en una "máquina del tiempo" de este modo. Algunos análisis usando aproximaciones semiclásicas que incorporan efectos cuánticos en la relatividad general señalan que una retroalimentación de partículas virtuales circularían a través del agujero de gusano con una intensidad en continuo aumento, destruyéndolo antes de que cualquier información pudiera atravesarlo, de acuerdo con lo que postula la conjetura de protección cronológica. Esto ha sido puesto en duda, sugiriendo que la radiación se dispersaría después de viajar a través del agujero de gusano, impidiendo así su acumulación infinita. Kip S. Thorne mantiene un debate al respecto en su libro Agujeros negros y tiempo curvo (Black Holes and Time Warps).También se ha descrito el denominado Anillo Romano, una configuración formada por más de un agujero de gusano. Este anillo parece permitir una línea de tiempo cerrado con agujeros de gusano estables cuando es analizado bajo el prisma de la gravedad semiclásica, pero sin una teoría completa de la gravedad cuántica aún no se puede saber si dicha aproximación semiclásica es aplicable en este caso.
El viaje a través
del tiempo fue considerado alguna vez herejía científica. Solía evitar hablar
sobre ello por temor de ser catalogado como loco. Pero hoy en día, ya no soy
tan cuidadoso. De hecho, me parezco más a las personas que construyeron
Stonehenge. Estoy obsesionado por el tiempo. Si tuviera una máquina del tiempo,
visitaría a Marilyn Monroe en su mejor época, o le caería a Galileo mientras
éste apuntaba su telescopio hacia los cielos. Quizás incluso viajaría al fin
del universo para descubrir cómo acaba nuestra historia cósmica.
Para ver
cómo podría ser esto posible, necesitamos ver al tiempo como los físicos lo ven
– en la cuarta dimensión. (Piensa en la Cuarta Dimensión Marty!!) No es tan
difícil como suena. Cada escolar que prestó atención sabe que todos los objetos
físicos, incluso yo mismo en mi silla, existimos en tres dimensiones. Todo
tiene un ancho, una longitud, y una altura.
Pero hay
otro tipo de longitud, una longitud en el tiempo. Si bien un humano sobrevive
80 años, las piedras de Stonehenge, por ejemplo, han estado presentes por miles
de años. Y el sistema solar, durará miles de millones de años. Todo tiene una
longitud tanto en el tiempo, como en el espacio. Viajar en el tiempo, significa
viajar a través de esta cuarta dimensión.
Para
entender lo que significa, imaginemos que estamos haciendo un viaje común, en
Auto. Conducimos en línea recta, y estamos viajando en una dimensión. Volteamos
a la derecha o izquierda, y añadimos una segunda dimensión. Conducimos hacia
arriba o abajo en un camino montañoso que añade altura, y estaremos viajando en
las tres dimensiones. Pero como viajamos en el tiempo? Cómo encontramos un
camino a través de la cuarta dimensión?
Entremos un
poco en la ciencia ficción por un momento. Las películas de viaje en el tiempo
usualmente muestran una máquina vasta, hambrienta de energía. La máquina crea
un camino a través de la cuarta dimensión, un túnel a través del tiempo. Un
viajero en el tiempo, un valiente, quizás temerario individuo, preparado para
quién sabe qué, entra al túnel del tiempo y emerge quién sabe dónde. El
concepto puede sonar inalcanzable, y la realidad puede ser muy diferente de
esto, pero la idea en sí no es tan loca.
Los físicos
han estado pensando también sobre túneles en el tiempo, pero venimos desde un ángulo
diferente. Nos preguntamos si los portales al pasado o al futuro podrían ser
posibles dentro de las reglas de la naturaleza. Pensamos que sí son posibles.
De hecho, les hemos dado un nombre: agujeros de gusano (Wormholes). La verdad
es que los agujeros de gusano están alrededor nuestro, sólo que son demasiado
pequeños para poderlos ver. Los agujeros de gusano son pequeñísimos. Ocurren en
los rincones y grietas del espacio y el tiempo. Puede parecer un complejo
concepto, pero continuemos.
Nada es plano
o sólido. Si ven cualquier cosa lo suficientemente cerca, encontrarán agujeros
y arrugas en ellos. Es un principio físico básico, e incluso se aplica al
tiempo. Incluso algo tan suave como una bola de billar tiene pequeños agujeros
y arrugas. Ahora, es fácil demostrar que esto es cierto en las tres primeras
dimensiones. Pero créanme, esto es también cierto en la cuarta dimensión.
Existen pequeños agujeros y rincones en el tiempo. En la escala más pequeña,
incluso más pequeñas que las moléculas, más pequeñas que los átomos, llegamos a
un lugar llamada la espuma cuántica (quantum foam). Aquí es donde los agujeros
de gusano existen. Pequeños túneles o atajos a través del espacio y el tiempo
que constantemente se forman, desaparecen y reforman dentro de este mundo
cuántico. E incluso unen dos lugares y dos tiempos diferentes.
Desafortunadamente,
estos túneles en la vida real son tan sólo un billón-trillón-de trillones de un
centímetro de diámetro. Demasiado pequeños para que un humano pueda pasar a
través de ellos – pero aquí hacia donde la noción de máquinas de tiempo de
agujeros de gusano se está dirigiendo. Algunos científicos piensan que podrá
ser posible capturar uno de estos agujeros de gusano y agrandarlo muchas
trillones de veces para que sea lo suficientemente grande para un ser humano o,
incluso, una nave.
Dada la
energía suficiente y tecnología avanzada, quizás un agujero de gusano gigante
incluso podría ser construido en el espacio. No estoy diciendo que se pueda
hacer, pero si se pudiese, sería un aparato realmente interesante. Un cabo
podría estar cerca a la Tierra, y el otro lejos, muy lejos, en un planeta
distante.
Teóricamente,
un túnel de tiempo o agujero de gusano podría hacer más que llevarnos a otros
planetas. Si ambos cabos están en el mismo lugar, y separados por el tiempo en
lugar de la distancia, una nave podría volar por una entrada, y salir igual
cerca a la Tierra, pero en un pasado distante. Quizás los dinosaurios verían a
la nave llegar para hacer su aterrizaje.
El vehículo
más veloz conducido por un humano fue el Apollo 10. Llegó a 25,000 millas por
hora. Pero para viajar en el tiempo, necesitaremos ir más de 2,000 veces más
rápido.
Ahora,
entiendo que pensar en cuatro dimensiones no es fácil, y que los agujeros de
gusano son un concepto complicado para entender, pero esperen un momento. He
pensando un experimento simple que podría revelar si el viaje temporal humano a
través de un agujero de gusano es posible ahora, o incluso en el futuro. Me
gustan los experimentos simples, y la champaña.
Así que he
combinado ambas para ver si el viaje en el tiempo desde el futuro al pasado es
posible.
Imaginemos
que haré una fiesta, una recepción de bienvenida para futuros viajeros del
tiempo. Pero hay una encrucijada. No le voy a contar a nadie sobre el evento,
hasta que ya haya ocurrido. He dibujado una invitación, dando las coordenadas
exactas en el espacio y el tiempo. Estos esperando que algunas copias, de una
manera u otra, estarán disponibles todavía por miles de años. Quizás algún día,
alguien del futuro encuentre la información sobre la invitación, y utilice una
máquina del tiempo de agujero de gusano para ir a mi fiesta, probando que el viaje
en el tiempo será, algún día, posible.
Mientras
tanto, mis invitados viajeros deberían estar por llegar en cualquier momento.
Cinco, cuatro, tres, dos, uno. Pero mientras digo esto, nadie ha llegado. Una
lástima. Estaba esperando que una Miss Universo del futuro entrara por la
puerta. Entonces, por qué no funcionó el Experimento? Una de las razones, es el
problema bien conocido de viajar al pasado, lo que conocemos como paradojas.
Las
paradojas son divertidas. La más famosa es la que se llama la "Paradoja
del Abuelo". Tengo una versión más sencilla, que llamo "La Paradoja
del Científico Loco".
No me gusta
la manera en la que los científicos en las películas son descritos como
desquiciados, pero en este caso, es cierto. Este muchacho está determinado en
crear una paradoja, incluso si le cuesta la vida. Imaginen, que ha construido
un agujero de gusano de alguna manera, un túnel del tiempo que retrocede al
pasado por un minuto.
A través de
de este agujero, el científico puede verse a si mismo como era hace un minuto.
Pero qué sucede si nuestro científico usa el agujero para dispara a su yo del
pasado? Ahora está muerto. Pero quién disparó? Es una paradoja. No tiene
sentido. Es el tipo de situación que le da pesadillas a los cosmólogos.
Este tipo de
máquina del tiempo violaría la regla fundamental que gobierna al universo
entero – que las causas suceden antes de los efectos, y nunca al revés. Creo
que las cosas no pueden hacerse imposibles a sí mismas. Si pudiesen, entonces
no habría nada que detuviese el descenso al caos del universo. Así que creo que
algo sucederá siempre para prevenir la paradoja. Debe haber alguna razón por la
cual nuestro científico jamás se encontraría en una situación en la que pudiese
dispararse a si mismo. Y en este caso, lamento decirlo, el agujero de gusano es
el problema.
Al final,
creo que un agujero de gusano como éste no puede existir. Y la razón de ello,
es la retroalimentación (feedback). Si han ido a un concierto de rock,
probablemente reconozcan ese sonido chirriante. Lo que lo causa, es simple. El
sonido entra al micrófono. Es transmitido a través de los cables, hecho más
potente por el amplificador, y sale por los parlantes. Pero si demasiado del
sonido de los parlantes entra de nuevo al micrófono, se genera un bucle, un
circuito que empieza a hacer cada vez más y más fuerte. Si nadie lo detiene, el
feedback puede destruir al equipo.
Lo mismo
ocurrirá con un agujero de gusano, sólo que con radiación, en lugar del sonido.
Tan pronto como el agujero se expanda, radiación natural entrará en él, y
terminará convirtiéndose en un circuito (loop). El feedback será tan potente,
que destruirá el agujero. Así que, a pesar de que existen pequeños agujeros, y
sea posible inflar uno algún día, no durará lo suficiente para ser utilizado
como una máquina de tiempo. Es la razón real por la que nadie pudo llegar a mi
fiesta.
Cualquier
tipo de viaje en el tiempo al pasado a través de agujeros u otro método quizás
sea imposible, pues de lo contrario, se generarían paradojas. Así que
lamentablemente, parece que el viaje en el tiempo al pasado no sucederá nunca.
Una decepción para cazadores de dinosaurios, y un alivio para historiadores.
Pero la
historia todavía no acaba. Esto no imposibilita todo tipo de viaje en el
tiempo. Yo sí creo en el viaje en el tiempo. Viaje en el tiempo al Futuro. El
tiempo fluye como un río, y parece como si cada uno de nosotros fuera cargado
en su corriente. Pero el tiempo tiene otra similitud con un río. Fluye a
diferentes velocidades en diferentes lugares, y esa es la clave de viajar al
futuro. Esta idea fue propuesta inicialmente por Albert Einstein hace más de
100 años. Se dio cuenta que deberían haber lugares donde el tiempo corre más
lento, y otros donde éste se acelera. Estaba absolutamente correcto. Y la
prueba está justo encima de nuestras cabezas. En el espacio.
Este es el
Sistema de Posicionamiento Global, o GPS. Una red de satélites está en órbita
alrededor de la Tierra. Los satélites hacen que la navegación satelital sea
posible. Pero también revelan que el tiempo va más rápido en el espacio que en
la Tierra. Dentro de cada nave espacial, hay un reloj muy preciso. Pero a pesar
de ser muy precisos, todos ganan alrededor de un tercio de billón de segundo
cada día. El sistema tiene que corregirse para este cambio, de lo contrario,
esta pequeña diferencia podría corromper a todo el sistema, causando que cada
aparato GPS en la Tierra se equivocara por seis millas. Ya se imaginan el caos
que esto generaría.
El problema
no yace en los relojes. Van más rápido porque el tiempo va más rápido en el
espacio que en la Tierra. Y la razón para tan extraordinario efecto, es la masa
de la Tierra. Einstein se dio cuenta que la materia arrastra al tiempo, y lo
hace más lento como una parte más lenta del río. Mientras más pesado el objeto,
más jalará al tiempo. Y esta realidad sorprendente es lo que abre las puertas a
la posibilidad de viajes en el tiempo al futuro.
Justo al
centro de la Vía Láctea, a 26,000 años luz de nosotros, está el objeto más
pesado de la galaxia. Es un agujero negro super masivo que contiene la masa de
cuatro millones de soles aplastados en un sólo punto por su propia gravedad.
Mientras más nos acerquemos al agujero negro, más potente será la gravedad.
Acérquense bastante, y ni siquiera la luz podrá escapar. Un agujero negro como
éste tiene un dramático efecto en el tiempo, disminuyendo la velocidad mucho
más que cualquier otra cosa en la galaxia. Esto lo hace una máquina del tiempo
natural.
Me gusta
imaginarme cómo una nave espacia podría tomar ventaja de este fenómeno, al
entrar en órbita con éste. Si una agencia espacial estuviera controlando la
misión desde la Tierra, observarían que cada órbita completa tomó 16 minutos.
Pero para las personas valientes a bordo de la nave, cercanas a este objeto
masivo, el tiempo se habría puesto más lento. Y aquí el efecto sería mucho más
extremo que la fuerza gravitacional de la Tierra. El tiempo de los tripulantes
sería disminuido a la mitad. Por cada órbita de 16 minutos, ellos sólo
experimentarían 8 minutos de tiempo.
Darían vueltas
y vueltas, experimentando sólo la mitad de tiempo que los demás que están lejos
del agujero negro. La nave y sus tripulantes estarían viajando a través del
tiempo. Imaginen que empiezan a orbitar por 5 de sus años. 10 años habrían
pasado para los demás. Cuando regresaran a casa, todo el mundo en la Tierra
habría envejecido 5 años más que ellos.
Así que un
agujero negro masivo es una máquina del tiempo. Pero por supuesto, no
enteramente práctico. Tiene sus ventajas frente a los agujeros de gusano al no
provocar paradojas. Además, no se destruirá a sí mismo de existir algo de
feedback. Pero es altamente peligroso. Está muy, muy lejos, y no nos lleva muy
lejos en el futuro. Afortunadamente, existe una manera más de viajar en el
tiempo. Y ésta representa nuestra última y mejor esperanza de construir una
máquina en el tiempo.
Simplemente
tenemos que viajar muy, muy rápido. Mucho más rápido que la velocidad requerida
para evitar ser arrastrados al agujero negro. Esto se debe a otro factor
extraño del universo. Existe un límite de velocidad cósmico, 186,000 millas por
segundo, conocido también como la velocidad de la luz. Nada puede exceder esa
velocidad. Es uno de los principios mejor establecidos en la ciencia. Créanlo o
no, viajar a casi la misma velocidad de la luz, nos transporta al futuro.
Para
explicar por qué, soñemos con un sistema de transporte de ciencia ficción.
Imaginen una pista que va alrededor de la Tierra, una pista para un tren súper
veloz. Usaremos este tren imaginario para acercarnos lo más posible a la
velocidad de la luz y ver cómo se convierte en una máquina del tiempo. A bordo
tenemos pasajeros con un ticket de ida al futuro. El tren empieza a acelerar,
más y más rápido. Pronto, empieza a girar la Tierra una y otra vez.
Para
acercarse a la velocidad de la luz, significa darle vueltas a la Tierra muy
rápido. 7 veces por segundo. Pero no importa cuánta potencia tenga el tren,
jamás alcanzará la velocidad de la luz, ya que las leyes de la física lo
prohíben. En lugar de ello, digamos que se acerca bastante a ese límite. Ahora
ocurre algo extraordinario. El tiempo empieza a fluir lentamente a bordo, en
relación al resto del mundo, igual que como si estuviésemos cerca al agujero
negro, sólo que en mayor medida. Todo en el tren parece ocurrir en cámara
lenta.
Esto ocurre
para proteger el límite de velocidad, y no es difícil ver por qué. Imaginen una
niña corriendo hacia adelante en el tren. Su velocidad se suma a la del tren
así que no podría la niña romper la barrera de la velocidad de la luz por
accidente? La respuesta es no. Las leyes de la naturaleza previenen la
posibilidad al des-acelerar el tiempo a bordo del tren.
Ahora ya no
puede correr lo suficientemente rápido para romper el límite. El tiempo siempre
irá más lento para proteger el límite de velocidad. Y de ahí viene la
posibilidad de viajar muchos años en el futuro.
Imaginen que
el tren deja la estación Enero 1, 2050. Da la vuelta a la Tierra una y otra vez
por 100 años antes de detenerse en Año Nuevo, 2150. Los pasajeros sólo habrán
vivido una semana porque el tiempo se des-acelera de esa manera dentro del
tren. Cuando salgan, se encontrarán con un mundo muy diferente al que dejaron.
En una semana, habrían viajado 100 años en el futuro. Por supuesto, construir
un tren que pudiese alcanzar esas velocidades es imposible. Pero hemos
construido algo muy parecido al tren en el acelerador de partículas en CERN en
Génova, Suiza.
En la
profundidad, en un túnel circular de 16 millas de diámetro, tenemos un flujo de
trillones de pequeñas partículas. Cuando lo prendemos, se aceleran de 0 a
60,000 millas por hora en una fracción de segundo. Aumenten la energía, y las
partículas van más y más rápido, hasta que dan vueltas al túnel 11,000 veces
por segundo, que es casi la misma velocidad de la luz. Pero al igual que el
tren, nunca alcanzan dicho límite. Sólo pueden llegar a 99.99% del límite.
Cuando eso ocurre, también empiezan a viajar en el tiempo. Lo sabemos gracias a
unas partículas con cortísimas vidas, llamadas pi-mesons. Ordinariamente, se
desintegran después de solo 25 / 1000,000,000 de segundo (25 mil millonésimas
de segundo). Pero cuando son aceleradas a casi la velocidad de la luz, duran 30
veces más.
Es así de
sencillo. Si queremos viajar al futuro, simplemente tenemos que ir rápido. Muy
rápido. Y creo que la única manera en la que llegaremos a ello, es yendo al
espacio. El vehículo más veloz conducido fue el Apollo 10. Alcanzó 25,000 mph.
Pero para viajar en el tiempo necesitaremos ir más de 2,000 veces más rápido. Y
para hacerlo, necesitaremos una nave mucho más grande, realmente enorme. La
nave tendría que ser lo suficientemente grande para cargar gran cantidad de
combustible, lo suficiente para acelerarlo a casi la velocidad de la luz.
Llevarlo sólo al límite, demoraría 6 años de aceleración al máximo.
La
aceleración inicial debería ser gentil por lo pesada y grande de la nave. Pero
gradualmente empezaría a acelerar y pronto estaría cubriendo masivas
distancias. En una semana, habría alcanzado planetas exteriores. Después de dos
años, debería haber alcanzado la mitad de la velocidad de la luz, y debería
estar muy alejado de nuestro sistema solar. Dos años después estaría viajando a
90 por ciento de la velocidad de la luz. Alrededor de 30 trillones de millas
lejos de la Tierra, y cuatro años después de haber despegado, la nave empezaría
a viajar en el tiempo. Por cada hora de tiempo en la nave, dos pasarían en la
Tierra. Una situación similar a la nave que orbitaba el agujero negro.
Después de
otros dos años de velocidad máxima, la nave llegaría al tope de su velocidad,
99 por ciento de la velocidad de la luz. A esta velocidad, un sólo día a bordo
es un año en la Tierra. Nuestra nave estaría verdaderamente volando en el
futuro.
La lentitud
del tiempo tiene otro beneficio. Significa que podríamos, en teoría, viajar
distancias extraordinarias en una sola vida. Un viaje al borde de la galaxia
tomaría sólo 80 años. Pero la verdadera maravilla de nuestro viaje es que
revela simplemente lo extraño que es el universo. Es un universo donde el
tiempo corre en diferentes velocidades en diferentes lugares. Donde pequeños
agujeros de gusano existen alrededor de nosotros. Y donde, finalmente, puede
que usemos nuestra compresión de la física para volvernos verdaderos viajeros
en la cuarta dimensión.
El artículo
original fue publicado en Daily Mail, el 3 de Mayo de 2010.
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