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Concepto Teológico, Filosófico y Antropológico de Dios

 

Concepto Teológico, Filosófico y Antropológico de Dios

Concepto Teológico, Filosófico y Antropológico de Dios

El concepto Teológico, Filosófico y Antropológico de Dios hace referencia a una Suprema Deidad.

Dios es el nombre que se le da a un Ser Supremo Omnipotente y personal en religiones Teístas y Deístas entre otros sistemas de creencias, quien es: o bien la Única Deidad, en el Monoteísmo, o la Deidad principal, en algunas formas de Politeísmo, como en el Henoteísmo.

Dios también puede significar un ser supremo no personal como en el Panteísmo, y en algunas concepciones es una mera idea o razonamiento sin ninguna realidad subsistente fuera de la mente, como en los sistemas materialistas.

Dios es concebido como el Creador Sobrenatural y Supervisor del Universo.

Los teólogos han adscrito una variedad de atributos a las numerosas concepciones diferentes de Dios.

Entre estos, los más comunes son Omnisciencia, Omnipotencia, Omnipresencia, Omnibenevolencia, perfecta bondad, simplicidad divina, y existencia eterna y necesaria.

Dios también ha sido concebido como de naturaleza incorpórea, un ser personal, la fuente de toda obligación moral, y el "mayor ser concebible con existencia". Estos atributos fueron descritos en diferentes grados por los primeros filósofos-teólogos judíos, cristianos y musulmanes, incluidos Maimónides, San Agustín, y Al-Ghazali, respectivamente.

Muchos destacados filósofos medievales y filósofos modernos desarrollaron argumentos a favor de la existencia de Dios. En forma análoga numerosos filósofos e intelectuales de renombre han desarrollado argumentos en contra de la existencia de Dios.

Su conceptualización ha sido tema de debate en diversas civilizaciones.

Concepciones del Ser Supremo

Dios es imaginado como una fuerza de la naturaleza o como un ente consciente que se puede manifestar en un aspecto natural. Tanto la Luz como la Penumbra son símbolos canónicos para representar a Dios.

El Ignosticismo plantea la necesidad de la previa definición precisa de la palabra, con motivo, precisamente, de su gran ambigüedad y oscuridad de significado y de uso.

La definición más común de Dios es la de un Ser Supremo, Omnipotente, Omnipresente y Omnisciente; Creador, Juez, Protector y, en algunas religiones, Salvador del Universo y la Humanidad.

Sobre esta definición existen variaciones:

Dios definido como un Ser Supremo Personal

Pueden darse, según las distintas visiones, características variadas y no siempre armonizables entre sí.

Además, hay quienes creen en un Dios personal simplemente según argumentos filosóficos, pero sin necesidad de recurrir a un modo religioso de tratar con ese Dios, mientras otros consideran a Dios, con argumentos religiosos sin excluir otros argumentos (también pueden tener argumentos filosóficos), como un ser con el cual tratan y esperan una acción salvadora a favor de los hombres.

Características Propuestas:

Dios sería capaz de insuflar el aliento adecuado que permite a sus adoradores sostener el sistema de autogobierno que Él mismo define en un compendio de leyes, normas y/o principios catalogados en una colección de libros definidos como sagrados por sus seguidores, y cuyos redactores humanos declaran haber sido guiados por la iluminación divina. Al insuflar ese poder, no causa sufrimiento añadido al sistema de vida rutinario.

En algunas Religiones y Corrientes Filosóficas, Dios es el Creador del Universo (cf. Génesis capítulo 1; Romanos 2; Credo Nicenoconstantinopolitano).

Algunas tradiciones sostienen que, además de creador, Dios es conservador (teísmo), mientras que otros opinan que Dios es únicamente creador (deísmo).

Algunos filósofos afirman que Dios es el principio incondicionado que explica la existencia de todo. No sería, por lo tanto, un concepto al que llegue el pensamiento, sino un postulado del pensar, o, como diría Santo Tomás, un prolegómeno a la fe.

En las grandes religiones monoteístas judaísmo, cristianismo, islamismo, fe bahá'í y sijismo, el término «Dios» se refiere a la idea de un ser supremo, infinito, perfecto, creador del universo, que sería pues, el comienzo y el final de todas las cosas. Dentro de las características principales de este Dios Supremo estarían principalmente:

  • Omnipotencia: poder absoluto sobre todas las cosas;
  • Omnipresencia: poder de estar presente en todo lugar;
  • Omnisciencia: poder absoluto de saber las cosas que han sido, que son y que sucederán.

Postulan que Dios es un ser amoroso con su creación y justo[cita requerida] y, en el cristianismo, que por medio del Espíritu Santo puede instrumentalizar a personas escogidas para realizar su obra y que Dios es además inteligencia y puede expresar emociones como alegría, cólera o tristeza.

El hombre puede hablar y comunicarse directamente con Dios, sin intermediarios, mediante la oración, puede recibir revelaciones personales, sabiduría e inteligencia adicional para entender los misterios de Dios. Dios además hace revelaciones a profetas, cara a cara, como es el caso de Moisés, Elías y otros profetas. La obra de Dios es dar a los hombres el regalo de la salvación y la vida eterna.

Algunas concepciones de Dios se centran en una visión de éste como una realidad eterna, trascendente, inmutable y última, en contraste con el universo visible y continuamente cambiante.

Principalmente, a Dios se le atribuyen omnipotencia (todo lo puede), omnipresencia (todo lo abarca), omnisciencia (todo lo sabe), y omnibenevolencia (es absolutamente bueno).

La concepción de Dios como ente individual es una característica del monoteísmo. Las diferencias entre monoteísmo y politeísmo dependen de la tradición de los pueblos.

Dios definido como un Ser Supremo no Personal

Dios como algo supremo, pero no necesariamente como un ser personal. Algunas ideas sobre Dios pueden incluir atributos antropomórficos: sexo, nombres concretos e incluso exclusividad étnica, mientras que otras ideas son meramente conceptos filosóficos.

La idea de Dios suele ir entremezclada con la definición de Verdad, en la que Dios es la Suma de todas las Verdades.

Existen divergencias al definir a Dios, bien como una persona o, más bien, como una fuerza o impulso impersonal. También son diversas las formas en las que se entiende que Dios se relacionaría con el hombre y la apariencia que Dios tendría.

Algunos sostienen que tan sólo existe una única definición válida de Dios, mientras que para otros, cabe la posibilidad de que varias definiciones de Dios sean posibles.

Etimología de la Palabra Dios

En español, al igual que en las otras lenguas romances, la palabra «dios» viene directamente del latín deus, ‘deidad, dios’. El término latino deriva a su vez del indoeuropeo *deiwos, de la raíz *deiw-, «brillar, ser blanco», de la que deriva asimismo el término griego Ζεύς (Zeus).

De hecho, la palabra española dios es idéntica en pronunciación a la griega Διός (Diós), forma genitiva de Zeus (el principal Dios de la Mitología Griega). De esta misma raíz indoeuropea derivan el latín dies (‘día’) y el griego δῆλος (‘visible, patente’). Pese a su parecido con el término griego análogo, θεός (theós, ‘deidad, dios’), este deriva de la raíz indoeuropea *dhēs-, de significado desconocido, pero que originó en latín palabras de significado inicialmente religioso como feria o fanatismo.

La forma indoeuropea *deiw-os aparece en muchas familias indoeuropeas sistemáticamente asociado a *pəter (‘padre’) en la forma compuesta *dyeu-pəter. En sánscrito tardío la forma aparece como dyaus pitar, mientras que en griego existe la forma Ζεὺς Πατῆρ (Zeus Patḗr), análoga a la latina Iuppiter (Júpiter).

El latín deus, en otras lenguas romances, derivó en deus (gallego y portugués), Dieu (francés), Dio (italiano), Déu (catalán) o [dumne] zeu (rumano), entre otras.

En las lenguas germánicas la palabra para designar a la deidad proviene de la raíz protogermánica *ǥuđan, de donde vienen god (inglés) o gott (alemán). Esta raíz derivaría de la forma indoeuropea reconstruida *ǵhu-tó-m, proveniente de la raíz *ǵhau(ə)-, ‘llamar, invocar’. De esta misma raíz podría derivarse el nombre del pueblo godo.

El origen de la palabra got es muy antiguo, y no se extiende hacia ninguna otra familia indoeuropea con excepción de la irania. Así en persa moderno se dice joda (خدا), y en kurdo, xhwedê.

El término Yahveh procede del hebreo, una lengua semítica. Esta palabra, también llamada tetragrámaton, proviene de la raíz de cuatro letras (de ahí su denominación) yhwh, en origen el nombre propio de una deidad edomita o madianita, Yahwi. En las lenguas semíticas, incluido el hebreo, el término más extendido es ʾl (El), del que derivan, entre otros, el hebreo Elohim (אֱלֹהִ֔ים, generalmente traducido como «Señor» o «Dios») y el árabe Allāh (الله, Alá). Este último término designa al Dios único y supremo, mientras que se reserva el término ʾilāh (إله) para una deidad en general.

En castellano se refiere al dios del judaísmo, el cristianismo, el Islam y, a veces, del hinduismo con letra mayúscula («Dios») como se hace con cualquier nombre propio. Pero también los pronombres y adjetivos relativos a Dios se escriben con mayúscula, como fórmula de respeto en los textos religiosos, por ejemplo, se escribe «el Señor», «Él», «Su», «Tú», «Vos», etcétera.

Los Nombres de Dios

En castellano, el vocablo «Dios» se utiliza para referirse a la deidad suprema de las religiones monoteístas. Pero son muchos los dioses de este tipo que se presentan entre las diversas culturas, incluyendo a las politeístas, y por ende muchos los vocablos en distintos idiomas con los que se los identifica particularmente según aquella condición exclusiva suya, o los nombres particulares que se les ha otorgado.

A continuación se presenta una lista de algunos de los diversos dioses supremos, según sus respectivas denominaciones:

El Tetragrammaton (‘cuatro letras’) YHWH en fenicio (desde el 1100 a. C. hasta el 300 d. C.), en arameo (desde el siglo X a. C. hasta el siglo I d. C.) y en caracteres hebreos modernos

Achamán en la mitología guanche, el dios sustentador de los cielos y dios sublime.

Ahura Mazda para el zoroastrismo.

Allah: árabe; ha dado Alá en castellano, en el Islam. Aunque se suele creer lo contrario, no es un nombre propio sino la palabra «Dios» en árabe. Con esta palabra, los arabohablantes (sean musulmanes, cristianos o judíos) se refieren al Dios único de las religiones monoteístas. Es la versión árabe del nombre semítico El, que ha dado lugar también al hebreo Elohim.

Amaterasu O-Mikami o Kamisama (天てらす大神様): ‘Señor Dios que ilumina el cielo’, en el sintoísmo de Japón.

Ameno Minakanushi: ‘Señor Dios padre celestial’ en el sintoísmo antiguo.

Anu es el Dios Supremo de la Religión Sumeria.

Avalokiteshvara: en sánscrito según el Lamaísmo.

Ayyavazhi en el sur de la India.

Cao Ðài: vietnamita, en el caodaísmo.

Elohim: del hebreo también, usado en la Biblia.

Igzi'abihier: literalmente ‘señor del universo’ en la Iglesia ortodoxa de Etiopía.

Jah es el apócope de Yavé. Es la forma que usan los Rastafaris.

Ngai es el nombre Masái de Dios.

Niskam

Shang Di (上帝): ‘Señor del Cielo’, en la antigua religión china.

Teotl significa ‘dios’ en náhuatl (aunque se debe recordar que eran politeístas).

Santísima Trinidad - abarcando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo: representa a Dios en casi todas las confesiones cristianas. Algunos cristianos identifican a Dios el Padre con Yavé del judaísmo como el mismo Dios, sin embargo otros cristianos creen que Yavé es Jesucristo.

Waheguru es el término del Sijismo para Dios.

Yavé o Yahweh (yhwh (יהוה) en hebreo): es el nombre del Dios Supremo de los antiguos hebreos, el dios del Antiguo Testamento Bíblico, tomado más adelante por los cristianos como Dios supremo y padre de Jesucristo, por lo que en la actualidad se lo conoce como Dios Judeocristiano, el Dios cristiano de Occidente. Suele traducirse como ‘el que es’ o ‘el que vive’. Esta grafía hebrea (יהוה) es conocida por el vocablo griego Tetragrámaton.

En el culto judío este nombre nunca se pronuncia aunque aparezca escrito en los textos religiosos, diciéndose en su lugar Adonai, que significa ‘el Señor’. Por el hecho que en el texto hebreo no hay vocales, no se sabe cómo pronunciar exactamente el nombre (que los Sabios Hebreos trasmitían oralmente a sus alumnos) y por ello los hay que usan la trascripción de Yahveh mientras que otros utilizan el nombre Jehová, yuxtaponiendo las vocales de Adonai a las consonantes de YHWH. 

La práctica judía de sustituir el nombre divino por títulos como, se adoptó en copias posteriores de la Septuaginta griega, la Vulgata latina y en muchas otras traducciones, antiguas y modernas, por lo que hay traducciones al castellano de la Biblia que sustituyen el nombre hebreo por ‘Señor’. En 1611, la versión inglesa de la Biblia del Rey Jacobo utilizaba cuatro veces el nombre de Jehová.


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