Anomalía del Atlántico Sur y Los Cinturones de Radiación Van Allen
La Anomalía del Atlántico Sur es producida por una
"depresión" en el Campo Magnético de la Tierra en esa zona,
ocasionada por el hecho de que el centro del campo magnético de la Tierra está
desviado de su centro geográfico 50 km. Algunos piensan que dicha anomalía es
un efecto secundario de una reversión geomagnética.
La Anomalía del Atlántico Sur es una enorme región,
del campo magnético terrestre, que se extiende desde Sudamérica hasta el
suroeste de África. No es sorprendente que la NASA preste mucha atención a lo
que sucede.
El campo magnético de la Tierra, el escudo que frena
la radiación dañina procedente del Sol y del espacio, se ha estado debilitando
al menos desde el año 1840, a una razón de un cinco por ciento por siglo.
Además, se ha detectado una expansión de una región anómalamente débil en el
Atlántico Sur, en una amplia zona que va de Chile a Zimbabue. Dicha anomalía se
traduce en una mayor tasa de fallos en los satélites de comunicaciones y
mayores dosis de radiación para los pasajeros de los vuelos de largas
distancias.
La Anomalía del Atlántico Sur es una región donde los
Cinturones de Radiación de Van Allen se encuentran a unos cientos de kilómetros
de la superficie terrestre. Como resultado en esa región la intensidad de
radiación es más alta que en otras regiones.
Los satélites y naves de la agencia espacial
estadounidense (y de otras) son más vulnerables cuando se encuentran en el
interior de la región de la anomalía. Allí, se enfrentan a una mayor cantidad
de partículas cargadas procedentes del Sol.
La Anomalía del Atlántico Sur (AAS), se refiere a una
región en el sur del océano Atlántico donde los cinturones de radiación Van
Allen , (cuya misión es la de ser trampas de las peligrosas partículas cargadas
de protones y electrónes procedentes del viento solar y los rayos cósmicos
impidiéndoles golpear la tierra y destruir la vida en nuestro planeta).
Se encuentran a menos de 500 kilómetros de la Tierra,
estos cinturones normalmente se encuentran ubicados entre los 1.000 y los 5.000
kilómetros, culpa de una depresión en la intensidad del campo magnético
terrestre, se estima que en esta zona el mismo tiene valores inferiores a la
mitad del promedio del planeta lo que implica una zona más vulnerable a las
radiaciones cósmicas nocivas. Se cree que esto se debe al hecho de que el
centro del campo magnético de la Tierra está desviado de su centro geográfico.
Otros creen que se debe a un efecto secundario de una reversión
geomagnéticaasociadas a procesos en el interior del planeta.
La "anomalía del Atlántico Sur" es de gran
importancia para los satélites y otras naves espaciales que orbitan a cientos
de kilómetros de altitud con inclinaciones orbitales de 35° y 60°, ya que estas
órbitas llevan a estos satélites a través de la anomalía de manera periódica,
exponiéndolos durante varios minutos a una fuerte radiación afectando el
funcionamiento de los instrumentos en órbita y potencial mente peligrosa para
la salud de los astronautas, también es de importancia para la navegación
aérea.La estación espacial internacional, que orbita con una inclinación de
51,6°, requirió de un blindaje extra para afrontar este problema.
El telescopio espacial Hubble no efectúa observaciones
al pasar por esta región, salvo por algunas observaciones especializadas y poco
frecuentes con la Cámara de Gran Angular 3 (WFC3).
La forma de la Anomalía varía con el tiempo. La
Anomalía posee una deriva. La tasa de desplazamiento es muy cercana a la
rotación diferencial entre el núcleo terrestre y su superficie, y se estima en
0,3 y 0,5 grados por año.
Los científicos consideran que las anomalías y los
debilitamientos del campo magnético han ocurrido en el pasado, y que han tenido
lugar antes de eventos de inversión de los polos, en los cuales el norte y sur
cambiaron posiciones, y de excursiones, fenómenos en los que los polos
cambiaron sus posiciones solo durante siglos. Se discute con gran interés cómo
sería esto: ¿Ocurriría de forma repentina? ¿Podría quedar la Tierra
desprotegida? Sea como sea, una investigación publicada recientemente en
«Proceedings of the National Academy of Sciences» ha concluido que la anomalía
magnética del Atlántico Sur, detectada en la actualidad, no es una señal de que
una inversión magnética vaya a producirse de forma inminente.
Para llegar a estas conclusiones, un equipo
internacional de científicos creó simulaciones por odenador de dos de los más
recientes fenómenos de excursión del campo magnético. Se trata de los eventos
«Laschamp» y «Lago Mono», ocurridos hace 41.000 y 34.000 años, respectivamente.
En ambos casos, la fuerza del campo magnético se debilitó y apareció una
anomalía en el Atlántico Sur.
Para realizar dichas simulaciones, los investigadores
usaron datos paleomagnéticos obtenidos de sedimentos y rocas volcánicas
repartidos por todo el globo.
Desde hace ya un tiempo, la NASA está monitorizando
activamente una anomalía en el campo magnético de la Tierra, conocida como la
Anomalía del Atlántico Sur. Aunque no supone un peligro para la vida, sí es un
quebradero de cabeza para la tecnología.
La Anomalía del Atlántico Sur no afecta a la vida en
el planeta.
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