Los Illuminati - Orden de los Perfectibilistas o Iluminados de Baviera
Illuminati es el nombre por el que se conoce mayormente la Orden de los Perfectibilistas o Iluminados de Baviera. En latín, illuminati (pronunciado il luminati) significa ‘iluminados’; su singular es illuminatus
La Orden de los Iluminados de Baviera fue fundada en
la noche del 30 de abril al 1 de mayo de 1776 (víspera de la famosa noche de
Walpurgis), en un bosque cerca de Ingolstadt (Baviera), al sur de Alemania,
donde un pequeño grupo de jovenes establecieron y juraron cumplir los
propósitos de la sociedad. Entre las personas que se encontraban esa noche solo
se sabe la identidad de tres: Adam Weishaupt, Max Merz y Anton von
Massenhausen. El hecho de que no se sepa quiénes estuvieron presentes esa noche
ha sido el causante de especulaciones con respecto al número de personas que
crearon la orden, algunas dicen que fueron solo cuatro y otros argumentan que
trece.
Tras la fundación, Adam Weishaupt (quien se proclamó a
sí mismo con el nombre simbólico de Spartacus) atrajo a sus primeros
adeptos; un estudiante de Múnich llamado Franz Xavier von Zwack y un barón
protestante de Hannover llamado Adolph von Knigge (Frater Philón), quien
ya estaba iniciado en la masonería y que posteriormente desarrolló el Rito de
Los Iluminados de Baviera, junto a Weishaupt a quien introdujo dentro de la
logia de Munich: Teodoro del Buen Consejo.
Gracias a las habilidades de Von Knigge, los Illuminati
rápidamente se extendieron por Alemania, Austria, Hungría, Suiza, Francia,
Italia y otros puntos de Europa, afiliando a personalidades de la talla de
Herder (Damasus), Goethe (Abaris), Cagliostro, el Conde de
Mirabeau (Leónidas) y el legendario alquimista Conde de Saint Germain,
entre otros. Algunos nobles como los duques de Saxe-Weimar y el de Saxe-Gotha,
los príncipes Ferdinando de Brunswick y Karl de Hesse, el conde de Stolberg y
el barón de Karl Theodor von Dalberg, también figuraron dentro de la iniciación
iluminada.
Animado por su éxito al lograr reclutar un gran número
de pensadores, filósofos, artistas, políticos, banqueros, analistas, etc, Adam
Weishaupt tomó la determinación de afiliarse a la masonería por medio de Von
Knigge, y ordenó la infiltración y el dominio de la misma.
El 16 de julio de 1782, en una reunión de la masonería
continental que tuvo lugar en el convento de Wilhelmsbad, los Illuminati
intentaron unificar y controlar bajo su autoridad todas las ramas de la
masonería. Aunque ya habían logrado infiltrarse en las logias de toda Europa,
la Gran Logia de Inglaterra, el Gran Oriente de Francia y los iluminados
teósofos de Swedenborg decidieron no apoyar los planes de Weishaupt, momento en
que se percataron de las intenciones de este grupo y el conflicto entre sus
principios y los de la Masonería, por lo que en ese momento se decidió por
parte de la Institución Masónica mantener una oposición directa contra los
Illuminati.
Debido al fracaso de este movimiento, Von Knigge
renunció pensando que ya no tenía sentido seguir con los planes y se retiró a
Bremen donde pasó sus últimos años. Mientras tanto Weishaupt recibía las
ofensivas de los masones de Inglaterra y de los martinistas a quienes denunció
en sus escritos, argumentando que La Gran Logia de Londres se creó a sí misma en
1717 por clérigos protestantes que no estaban iniciados en la masonería, es
decir, que fue fundada por profanos sin constancias ni documentos válidos.
El 22 de junio de 1784, el príncipe elector de
Baviera, duque Karl Theodor advirtió el peligro que suponían los Illuminati
para la Iglesia católica y las monarquías debido a sus objetivos ideologicos, y
aprobó un edicto contra éstos, la masonería, y en general cualquier sociedad no
autorizada por la ley (Englobando a las dos instituciones como si tuvisen una
naturaleza común, a pesar del importante conflicto que ya existía en ese
momento entre los Iluminati y los Masones). Weishaupt fue destituido de su
cátedra marchando al exilio de Ratisbona para dirigir la Orden desde el
extranjero bajo la protección del duque de Saxe. En 1785, el edicto se confirmó
y así se dio comienzo a las persecuciones y arrestos de los miembros de la
sociedad.
Los planes más secretos de los Illuminati fueron
revelados por casualidad la noche del 10 de julio de 1784, cuando un mensajero
de Weishaupt identificado como el abad Lanz, murió inesperadamente a causa de
un rayo. Su cadáver fue llevado a la capilla de San Emmeran por habitantes de
la zona y ahí entre sus hábitos se encontraron los importantes documentos que
trataban sobre los planes secretos de la conquista mundial. La policía de
Baviera indagó los detalles de la conspiración, dando a conocer al emperador
Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico, el complot tramado contra todas
las monarquías, en especial la de Francia, en donde más tarde, en 1789, se
gestaría la llamada Revolución francesa y la caída de Luis XVI y María
Antonieta, sus últimos monarcas.
Los documentos fueron publicados por el gobierno
bávaro, alertando así a la nobleza y el clero de Europa, sin embargo, poco
después se convencieron de que la conspiración había sido destruida debido a la
disolución oficial de los Illuminati, junto con el destierro de Weishaupt y la
detención de numerosos adeptos.
Historia
Weishaupt nació en Ingolstadt (Bavaria) de padres oriundos
de Westfalia, el 6 de febrero de 1748, y perdió a su padre en 1753. Aunque fue
educado en una escuela Jesuita, cayó tempranamente bajo la influencia de
su librepensador abuelo, director de la escuela secundaria de Ickstatt, a quien
debió su designación como profesor de derecho civil en la Universidad de
Ingolstadt en 1772. Fue el primer laico que ocupó la silla de derecho canónico
en esta universidad (1773), pero, como consecuencia de la creciente influencia
racionalista que ejerció sobre los estudiantes, tanto en su capacitación
académica cuanto en su relación personal con ellos, entró en una siempre aguda
colisión con los leales adherentes a la Iglesia y con aquellos que eran
influyentes en círculos gubernamentales. Como, además, su naturaleza obstinada
lo llevó a reñir con casi todos aquellos con quienes mantuvo una relación más o
menos prolongada, sintió la necesidad de una organización secreta poderosa que
lo respaldara en el conflicto con sus adversarios y en la ejecución de su
esquemas racionalistas en sus actividades eclesiásticas y políticas. Al
principio (1774) apuntó a un arreglo con los Masones Libres
Sin embargo, un conocimiento más cercano destruyó su
alta estima por esta organización y resolvió fundar una nueva sociedad que,
rodeada por el mayor secreto posible, le permitiera realizar mas efectivamente
sus propósitos y pudiera ser siempre precisamente adaptada a las necesidades de
los tiempos y de las condiciones locales.
Su orden se basaría enteramente en la naturaleza
humana y la observación, por lo tanto sus grados, ceremonias y estatutos se
desarrollarían sólo gradualmente; luego, a la luz de la experiencia y un
conocimiento más amplio, y con la cooperación de todos los miembros, serían
constantemente mejorados. Para su prototipo confió principalmente en la
Masonería Libre, de acuerdo con la cual modeló los grados y el ceremonial de su
orden. Construyó la organización estrictamente jerárquica de su sociedad
siguiendo el patrón de la Sociedad de Jesús, aunque distorsionando hasta la
caricatura sus características esenciales. “Utilizar para buenos propósitos
todos los medios que esa orden empleó con fines malignos”, este fue, de acuerdo
con Philo (Endl. Erkl., 60 sq.), “su designio favorito”. Para el cumplimiento
de sus planes, consideró como esencial el “despotismo de los superiores” y la
“ciega, incondicional obediencia de los subordinados”, junto con el máximo
secreto y misterio.
A comienzos de 1777 entró en una Logia Masónica e
intentó, con otros miembros de la orden, poner a la Masonería Libre tan servil
a sus propósitos como fuera posible. Sin embargo, como pese a toda su actividad
como agitador y su sagacidad teórica, Weishaupt era en el fondo sólo un
impráctico gusano de biblioteca, sin la necesaria experiencia mundana, su orden
por largo tiempo no hizo progresos. La adhesión a la misma, en 1780, del agente
Masónico Freiherr von Knigge (Philo), un hombre de amplia experiencia y bien
conocido en todos los círculos Masónicos, le dio un giro decisivo a las cosas.
Junto con Weishaupt, quien, como filósofo y jurista, desarrolló las ideas y
principales lineamientos de la constitución, Knigge comenzó rápidamente a
elaborar los necesarios grados y estatutos (hasta 1780 el grado de Minerva fue
el único en uso), y al mismo tiempo trabajó vigorosamente para extender la
orden, por lo cual en dos años él consiguió 500 miembros. Cuando se llevó a
cabo la gran convención internacional de la Masonería Libre en Wilhelmsbad (16
Julio al 29 Agosto de 1782) la “Masonería Libre Iluminada”, a la cual Knigge y
Weishaupt proclamaron en ese momento como la única Masonería Libre “pura”, ya
había ganado tal reputación que casi todos los miembros de la convención
clamaron por su admisión en la nueva institución. Fue particularmente valiosa
para la orden la adhesión de Bode (Amelius), depositario del mayor respeto en
todos los círculos Masónicos. Asistido por Bode, Knigge trabajó diligentemente
para convertir todo el cuerpo Masónico en “Masones Libres Iluminados”.
Numerosos representantes de la Masonería Libre y de la “ilustración” de la
mayor prominencia se hicieron Illumninati, incluido, en 1763, el Duque Fernando
de Brunswick, el principal líder de la Masonería Libre Europea y el principal
representante del iluminismo de su época. Otros miembros famosos fueron Goethe,
Herder, y Nicolai. La orden fue también propagada en Suecia, Rusia, Polonia,
Dinamarca, Hungría, Austria, y Francia. Pero en 1783 se produjo un disenso
entre Knigge y Weshaupt, que derivó finalmente en el retiro del primero el 1 de
Julio de 1784. Knigge no pudo soportar más la pedante tiranía de Weishaupt, la
que frecuentemente asumía formas ofensivas. Acusó a Weishaupt de “Jesuitismo” y
sospechó que el era “un Jesuita encubierto” (Nachtr., I, 129). "¿Y
sería yo quien”, agrega, “trabajara bajo sus banderas para la humanidad,
condujera hombres a ponerse bajo el yugo de tan pedante tipo?—Nunca!”
Mas aún, en 1783 las tendencias anarquistas de la
orden provocaron denuncias públicas que llevaron a interferencias por parte del
Gobierno Bávaro en 1784. Como la actividad de los Illuminati aún continuó,
fueron emitidas cuatro proclamas sucesivas contra ellos (22 de Junio de 1784; 2
de Marzo y 16 Agosto de 1785; y 16 de Agosto de 1787), en la última de las
cuales fue prohibido el reclutamiento para la orden bajo pena de muerte. Estas
medidas pusieron fin a la existencia corporativa de la orden en Bavaria, y,
como resultado de la publicación, en 1786, de su grados y de otros documentos
que le concernían –en su mayor parte de una naturaleza bastante comprometedora
– su posterior extensión fuera de Bavaria se tornó imposible. La propagación
del espíritu de los Illuminati, que coincidía sustancialmente con las
enseñanzas generales de la “ilustración”, especialmente de la de Francia, fue
más bien acelerada que retardada por la persecución en Bavaria. En dos cartas
dirigidas al Obispo de Freising (18 de Junio y 12 de Noviembre de 1785), Pío
VI había también condenado a la orden. Pronto, el 16 de Febrero de 1785,
Weishaupt había huido de Ingolstadt, y en 1787 se estableció en Gotha. Sus
numerosos escritos apologéticos fracasaron en exonerar tanto a la orden como a
si mismo. Siendo ahora cabeza de una numerosa familia, sus puntos de vista en
materia religiosa y política se hicieron más sobrios. Después de 1787 renunció a
toda conexión activa con sociedades secretas, y nuevamente se acercó a la
Iglesia, desplegando un celo destacable en la construcción de la iglesia
Católica en Gotha y murió el 18 de Noviembre de 1830, “reconciliado con la
Iglesia Católica, a la cual, como joven profesor, había condenado a la muerte y
destrucción” – tal como relata la crónica de la parroquia de Gotha.
Objetivos y Organización
Los documentos que se citan en la
primera y segunda sección de trabajos en la bibliografía son fidedignos y
exhiben los objetivos y métodos de la orden. Las modificaciones posteriores del
sistema, anunciadas por Weishaupt en sus escritos de después de 1785, son
irrelevantes, ya que la orden se había propagado ampliamente antes de que estas
modificaciones fueran publicadas. Los documentos arriba mencionados revelan
como el real objetivo de los Illuminati la elaboración y propagación de una
nueva religión popular y, en el campo político, el establecimiento gradual de
una república democrática universal. En esta sociedad del futuro, todo, de
acuerdo con Weishaupt, sería regulado por la razón. Por hombres de la
“ilustración” serían liberados de sus tontos prejuicios, para tornarse
“maduros” o “morales, y así superar el tutelaje religioso y político de la
Iglesia y del Estado, del “cura y del príncipe”. La Moral era la ciencia que
hace al hombre “maduro”, devolviéndole la conciencia de su dignidad, su
destino, y su poder. El principal medio para efectivizar la “redención” fue
encontrado en la unificación, y esta sería proporcionada por “escuelas secretas
de sabiduría”. Estas “escuelas”, declaraba, “fueron siempre los archivos de la
naturaleza y de los derechos del hombre; a través de su accionar, el hombre se
recobraría de su caída, príncipes y naciones, sin violencia que los fuerce, se
esfumarían de la tierra; la raza humana se convertiría en una gran familia, y
el mundo la morada de seres racionales. La ciencia moral por sí misma lograría
estas reformas ‘imperceptiblemente’, cada padre se convertiría, como Abraham y
los patriarcas, en el pastor y señor absoluto de su casa, y la razón sería el
único código legal de hombre”. ("Nachtr.", p. 80 sq.; repetido
textualmente en Knigge, "Die neuesten Arbeiten", p. 38). Esta
redención de la humanidad por la restauración de su “libertad e igualdad”
original a través de la “iluminación” y de la caridad universal, la
fraternidad, y la tolerancia, es asimismo la verdadera doctrina esotérica de
Cristo y sus Apóstoles. Aquellos en quienes la “iluminante” gracia de Cristo es
operativa (cf. Heb., vi, 4) son los “Illuminati”. El objeto de la pura (i.e.
iluminada) Masonería libre no es otro que el de la propagación del “iluminismo”
por el cual la semilla de un nuevo mundo sería tan ampliamente esparcida que
ningún esfuerzo de extirpación, aún violento, sería útil para prevenir la
cosecha ("Nachtr.", pp. 44, 118; "Die neuesten Arb.", pp.
11, 70). Weishaupt declaró posteriormente (Nachtrag zu meiner Rechtfertigung,
77 sqq., 112 sqq.) que la Masonería era la escuela desde donde emanaron “estas
ideas”.
Estos objetivos de la orden serían revelados a los
miembros solamente después de su promoción al grado “sacerdotal” (Nachtr., I,
68). Los grados preliminares servían para la selección, preparación, y
ocultamiento de los verdaderos “Illuminatti”, los otros eran para abrir el
camino para la libre organización religiosa y social del futuro, en la cual
desaparecerían todas las distinciones de nación, credo, etc. El gobierno de la
orden estaba administrado por los superiores de las “iglesias”, “provinciales”,
“nacionales” y “areopagitas” (que constituían el consejo supremo) de Minerva,
bajo la dirección de Weishaupt como general de la orden. Los miembros solamente
trataban con sus superiores inmediatos, y solamente unos pocos miembros de
confianza sabían que Weishaupt era el fundador y cabeza suprema de la orden.
Todos los miembros estaban obligados a darse un entrenamiento acorde con los
propósitos de la sociedad, y hacerse útiles, mientras que la orden, por su
parte, garantizaba promover sus intereses a través de los medios más efectivos.
Se les recomendaba especialmente observar sistemáticamente a personas y
eventos, para adquirir conocimiento, y a dedicarse a la investigación
científica en tanto y en cuanto podría servir a los propósitos de la orden.
Debían juntar información concerniente a todas las personas con las cuales
tuvieran relaciones, y en todas las materias que pudieran afectar tanto a ellos
mismos como a la orden debían entregar informes sellados; estos eran abiertos
por superiores desconocidos para los escritores y eran, en lo sustancial,
trasmitidos al general. El objetivo de esta y otras regulaciones era permitir a
la orden lograr sus objetivos al asegurarle una influencia de control en todas
las direcciones, y especialmente presionado a la cultura y la ilustración en su
servicio. Todos los órganos iluminantes y oficiales, la prensa, escuelas,
seminarios, secciones de catedrales (por lo tanto, también, todas las
designaciones a sedes, púlpitos y sillas) debían ser llevados tanto como fuera
posible bajo la influencia de la organización, y los príncipes mismos debían
ser rodeados por una legión de hombres ilustrados, para, no solo desarmar su
oposición, sino también para compelerlos a su enérgica cooperación. Se lograría
entonces una completa transformación; se controlaría la opinión pública;
“sacerdotes y príncipes” se encontrarían con las manos atadas; los entrometidos
que se aventuraran a interferir se arrepentirían de su temeridad; y la orden se
convertiría en un objeto de pavor para todos sus enemigos.
Los documentos, incuestionablemente genuinos, que se
originaron dentro de la orden y fueron publicados por gobierno Bávaro: Einige
Originalschr. des Ill. Ordens (confiscado por Zwack) (Munich, 1787); con Nachtrag
(capturado del Baron Bassus) (en 2 partes, 1787); también documentos hechos
públicos a través de otras agencies y reconocidos como genuinos por Knigge y
Weishaupt: Der echte Illuminat (Edessa, 1788); Illuminatus dirigens
oder schottischer Ritter (1794); SPARTACUS Y PHILO (KNIGGE), Die
neuesten Arbeiten (1794); PHILO, Endliche Erklärung (1788).
Declaraciones de miembros que dejaron la orden: COSANDEY, RENNER, Y GRÜNBERGER,
Drei merkwürdige Aussagen (1786); IDEM (con UTZSCHNEIDER), Grosse
Absichten des Ill. Ordens, con tres apéndices (1786). En defense de la
orden: WEISHAUPT Apologie der Illuminaten (Frankfort and Leipzig, 1787);
IDEM, Vollständige Gessch. d. Verfolgung der Illuminaten in Bayern
(Frankfort y Leipzig, 1786); IDEM, Pythagoras, oder Betrachtungen über die
geheime Welt- and Regierungskunst (1790). Contra la orden o concerniente a
la misma de cualquier otro modo: STATTLER (Weishaupt's colleague at
Ingolstadt), Das Geheimniss der Bosheit des Stifters des Ill. Ordens
(1787); PRESTON, Illustrations of Freemasonry (1856); MOUNIER, De
l'influence attribuée aux Philosophes, aux Franc-maçons et aux Illuminés sur la
révolution Française (1822); JARCKE, Vermischte Schriften, II
(1839); DESCHAMPS-JANET, La société et les sociétés, II (3rd ed., 1880),
93 sqq., 115 sqq.; III (1883), 34 sqq.; WOLFRAM, Die Illuminaten in Bayern
u. ihre Verfolgung (1899-1900); ENGEL, Gesch. des Ill. Ordens (1906)
(rico en documentos, pero favorable a Weishaupt); Hist-polit. Blätter
(1889), I, 926-41 (lista official de Illuminati).
Mucho se ha especulado acerca de si el símbolo que sen
encuentra en el billete de un dolar americano es Iluminati. El hecho es que en
en el billete actual de un dólar estadounidense aparece el Gran Sello de
Estados Unidos el cual está compuesto por el "Ojo que todo lo ve",
también llamado "Ojo de la Providencia". Aunque no es un símbolo de
origen cristiano y no se lo menciona en la Biblia, todavía hasta hoy es
asociado con el ojo del Dios judeocristiano Yahvé, el cual representa su
omnisciencia y cobró importancia a partir del Renacimiento.
El símbolo fue gradualmente adoptado por los
francmasones para representar una de las características de Dios
(omnipresencia) y así evitar conflictos entre sus adeptos por lo que cada cual
entendiere de Dios, encontrando de esta manera algo común a todas las
religiones, símbolo que fue designado Gran Arquitecto del Universo.
El diseño de este sello fue aprobado por el Congreso
de los Estados Unidos el 20 de junio de 1782 y posteriormente, en 1935, fue
introducido en el billete de dólar por aprobación del presidente estadounidense
Franklin Delano Roosevelt, masón del grado 32° del Rito Escocés y también
miembro de los Shriners[cita requerida].
La iconografía presente en el billete introduce la
parte izquierda del sello (reverso) con el ojo en una pirámide egipcia trunca
con 13 escalones (que simbolizan las 13 colonias de Estados Unidos, en cuya
base está escrito el número 1776 en números romanos (año de la independencia de
las 13 colonias). Va acompañada de la sentencia Annuit Cœptis, que
significa ‘[Él] aprueba [nuestro] comienzo’, (haciendo referencia a Dios).
Abajo aparecen las palabras "Novus Ordo Seclorum", que significa
Nuevo Orden de los Siglos. Aunque obras de ficción literarias y
cinematográficas traducen erróneamente esas palabras como ‘nuevo orden seglar’,
la traducción correcta sería ‘Nuevo Orden de las Eras’ (o ‘nuevo orden de los
siglos’, o según expertos latinistas, ‘el comienzo de una nueva era’ pues la
palabra es el genitivo plural latino de saéculum, que en este contexto
significa ‘generación, siglo o era’. La confusión viene del parecido de la
palabra seclorum con la palabra latina saecularorum, esto en un
sentimiento optimista de que la existencia de su nación (EEUU) marcaría una
nueva era con los ideales democráticos en el mundo contrapuestos a los
monárquicos del viejo continente.
El número 13 sigue extendido en el sello derecho
(anverso): Un águila calva que lleva en la pata derecha una rama de olivo (símbolo
de la paz) con 13 hojas y 13 frutos y en la pata izquierda 13 flechas (símbolo
de la guerra), sobre su pecho ostenta un escudo con 13 barras, un lema con 13
letras que reza: E Pluribus Unum (‘De muchos, uno’) y finalmente, 13
estrellas sobre su cabeza que forman la estrella de David.
El escritor William Schnoebelen (quien dice ser ex
Illuminati), explica el significado de este símbolo y comenta que se basa en un
mensaje realizado por Jesucristo en el Evangelio según san Mateo, que él
traduce como:
Jesús les
dijo: «¿Acaso nunca leyeron en las escrituras: “La piedra que los constructores
rechazaron es la piedra que llegó a ser la cabeza y esquina. El Señor ha hecho
esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?”»
Mateo 21.42
Según Schnoebelen, la única piedra que puede ser
cabeza y esquina, es el vértice superior de una pirámide, razón por la cual
ellos le cortan esa piedra al símbolo, él explica: "Este símbolo en el
dólar no es nada más que un talismán y este talismán se carga con la energía de
miles de millones de personas diariamente".
Otra frase del billete de dólar reza: "In God We
Trust", traducido como ‘en Dios confiamos’.
La confusión en el análisis e identificación del
simbolismo Iluminati radica en el intento de esta asociación de apropiarse de
la Masonería, lo anterior, en el momento de la infiltración dentro de las filas
masónicas, genera que los Iluminatis (quienes no tenían en su origen símbolos
ni signos especiales) hagan suyos los símbolos masónicos, lo anterior hace que
mucho simbolismo masónico sea confundido con simbolismo Iluminati, tal es el
caso del ojo que todo lo ve, o las frases relacionadas.
Este fenómeno aunado a las teorías de conspiración
genera, sobre todo en EEUU (país fundado por masones y con principios Democráticos-Masónicos)
una gran confusión entre el simbolismo y fines de las dos instituciones por
parte de los teóricos de la conspiración, a pesar del antagonismo histórico que
guardaron los unos contra los otros.
Los illuminati tenían también otro símbolo para su
"escuela secreta de sabiduría", este era el Búho de Minerva, la diosa
de la sabiduría. Este símbolo, igualmente se puede encontrar en el billete de
un dólar a una escala minúscula, en el margen superior derecho entre una hoja y
el margen que rodea al número uno.
Teorías de Conspiracion: en numerosas obras se han divulgado
ciertas teorías en las que los Illuminati, después de subsistir luego de su
prohibición, y a causa de su dedicada infiltración en la masonería, serían
responsables de un gran número de sucesos importantes tales como la Revolución
francesa, las Guerras Mundiales e incluso los atentados del 11 de septiembre de
2001 y las posteriores guerras en Afganistán e Irak.
La Revolución francesa: Esta teoría tiene tres orígenes. En
1786, Ernst August von Göchhausen en su libro "Revelaciones sobre el
sistema politico cosmopolita", denunció una conspiración
masónica-illuminati-jesuita y predijo "inevitables revoluciones
mundiales"[5] tres años antes de la revolución francesa. A
inicios del siglo XIX, el sacerdote jesuita francés Augustin Barruel (su socio
literario Jacques-François Lefranc también compartió esa opinión en un libro[6]
al igual que Pierre-Joseph de Clorivière[7] y Antoine de Rivarol[8]
) y el erudito masón escocés John Robison intentaron demostrar,
independientemente el uno del otro, que muy por encima de factores tales como
la constante represión del Tercer Estado, de las sucesivas hambrunas y del mal
manejo de la crisis que hizo Luis XVI, el factor predominante que habría desatado
la revolución sería una preparación metódica del proceso revolucionario, cuyo
plan fue trazado detalladamente años antes de su estallido, ya que para que se
produzca tal proceso, serían requeridas principalmente dos cosas:
- Un
clima cultural e intelectual apropiado que alimente las fuerzas
potenciales. Como una situación de grave alteración generalizada que
obligue a la población a exigir un cambio. El clima que se necesitaba para
la Revolución francesa se generó en los años del enciclopedismo y la Ilustración,
el cual era un movimiento de pensamiento iluminista.
- Un
grupo dirigente y de agitadores, que se encargue de organizar y movilizar
a las masas para cumplir los objetivos deseados (Presuntamente los
illuminati).
Se proponen, ante todo, tres pruebas:
- En
primer lugar, que todos los ideólogos, directores y dirigentes políticos
de la Revolución francesa sin excepción, habrían sido francmasones: desde
los teóricos propagandistas como Montesquieu, Rousseau, D'Alambert,
Voltaire y Condorcet, hasta los activistas más prominentes de la
Revolución, del Terror, el Directorio y el bonapartismo como el conde de
Mirabeau, quien introdujo la Orden en Francia y los revolucionarios
Saint-Just, Camille Desmoulins, Danton, Hébert, Jean Paul Marat,
Robespierre, Felipe de Orleans, Fouché, Siéyès, François Babeuf (líder de
la llamada Conspiración de los Iguales y considerado como uno de los
primeros teóricos del comunismo así como un pre-anarquista), Rouget de
L'Isle (compositor de La Marsellesa), Lafayette (creador de la
escarapela tricolor), y hasta el mismo Napoleón. El famoso Conde de
Cagliostro, que participó en las tramas del proceso revolucionario
francés, creó la masonería egipcia y también recibió la iniciación en las
logias de Weishaupt. Por otro lado, el hecho de que el grito de Libertad
Igualdad y Fraternidad haya sido el lema de la Revolución francesa así
como también la divisa de la francmasonería, confirma que en realidad,
incluyendo o no a los illuminati, fueron los francmasones del siglo XVIII
quienes desarrollaron la revolución. También el icono masónico del gorro
frigio, que iniciática y simbólicamente representa un tocado más
elevado que el de una corona,[9] ocupa un lugar importante en la
parafernalia de la Revolución francesa, tal y como se lo muestra en la
obra de Eugène Delacroix, La libertad guiando al pueblo. La
personificación de la Libertad de Delacroix usando el gorro frigio Por
su parte, el historiador masón Louis Blanc señaló que la mayoría de los
revolucionarios eran masones, nombrando en la logia "des neufs
soeurs" Dominique Joseph Garat, Jacques Pierre Brissot, Bailly,
Nicolas de Condorcet, Camille Desmoulins, Nicolas Chamfort, Danton,
Christophe Antoine Gerle dicho Dom Gerle, Rabaud Saint-Etienne, Alexandre
Pétion, y en la logia "de la Bouche-de-Fer": Claude Fauchet,
Goupil de Préfern y Nicolas de Bonneville.[10] André Baron denunció la
mano directa de la logia masónica "Les Amis Réunis" sobre los
crímenes del Reinado del Terror[11] nombrando ante los masones Jean-Louis
Carra,[12] François Babeuf y Robespierre y con el autor Jean-Emmanuel Le
Coulteux de Canteleu citó Jacques-René Hébert, Jean Paul Marat, Joseph Le
Bon, Saint-Just.[13] [14] Augustin Barruel señala que los verdugos que
asesinaban prisioneros durante el Reinado del Terror practicaban el saludo
masónico entre ellos.[15]
- En
segundo lugar, existió en Francia, poco antes de la Revolución francesa,
una logia de francmasones, la cual se hizo llamar de manera muy similar a
la orden de Adam Weishaupt, "Les illuminés". Ya que este
grupo era pequeño y menos influyente, molestó tan poco como el hecho, de
que los illuminés franceses eran adeptos a una tendencia mística y a la
iluminación radical de Adolph Von Knigge, lo cual Weishaupt no tenía en
mente.
- Por
último, en febrero de 1787, se llevó a cabo en Francia la Asamblea de los
Notables, convocada por Charles Alexandre de Calonne. Y, en los años
posteriores, 1788 y 1789, una logia masónica de París, "Amis
Réunis", recibió a algunos de los máximos cargos de los illuminati ya
disueltos, como Johann Christoph Bode y el barón de Busche.
Las Guerras Mundiales: Quienes apoyan estas teorías, citan
como ejemplo la presunta existencia de una serie de cartas escritas entre los
años 1870 y 1871, que predicen las dos guerras mundiales (aunque fueron dadas a
conocer después de las dos guerras) se conservarían en los archivos de la
biblioteca del Museo Británico entre un antiguo militar confederado llamado
Albert S. Pike (de hecho el único representante de la Confederación, y a la vez
miembro activo del Ku Klux Klan, honrado con una estatua en Washington D. C.) y
el francmasón y carbonario Giuseppe Mazzini, un filósofo y político italiano
que se esforzó por unificar los estados italianos y quien había sido seleccionado
por los illuminati para dirigir sus operaciones mundiales en 1834. El Museo
Británico desmiente la existencia de dichas cartas.
Según William Guy Carr, una de las cartas está fechada
el 15 de agosto de 1871 y habría sido escrita por Pike a Mazzini
Fomentaremos tres guerras que implicarán al mundo
entero. La primera de ellas permitiría derrocar el poder de los zares en Rusia
y transformar ese país en la fortaleza del comunismo ateo necesaria como una
oposición controlada y antítesis de la sociedad occidental. Las divergencias
causadas por los "agenteur" (agentes) de los illuminati entre los
imperios británico y alemán serán utilizados para provocar esta guerra, a la
vez que la lucha entre el pangermanismo y el paneslavismo. Un mundo agotado
tras la guerra, no interferirá en el proceso de construcción de la "nueva
Rusia" y el establecimiento del comunismo, que será utilizado para
destruir los demás gobiernos y debilitar a las religiones.
La segunda guerra mundial se desataría aprovechando
las diferencias entre la facción ultraconservadora y los sionistas políticos.
Se apoyará a los regímenes europeos para que terminen en dictaduras que se
opongan a las democracias y provoquen una nueva convulsión mundial cuyo fruto
más importante será el establecimiento de un Estado soberano de Israel en
Palestina que venía siendo reclamado desde tiempos inmemoriales por las
comunidades judías. Esta nueva guerra debe permitir consolidar una
Internacional Comunista bastante fuerte para equipararse a la facción
cristiana/occidental.
La tercera y definitiva guerra se desataría a partir
de los enfrentamientos entre sionistas políticos y los dirigentes musulmanes.
Este conflicto deberá orientarse de forma tal que el islam y el sionismo
político se destruyan mutuamente y además obligará a otras naciones, una vez
más divididas sobre este asunto, a entrar en la lucha hasta el punto de
agotarse física, mental, moral y económicamente... Liberaremos a los nihilistas
y a los ateos, y provocaremos un formidable cataclismo social que en todo su
horror mostrará claramente a las naciones el efecto del absoluto ateísmo,
origen del comportamiento salvaje y de la más sangrienta confusión. Entonces en
todas partes, los ciudadanos, obligados a defenderse contra la minoría mundial
de revolucionarios, exterminará a esos destructores de la civilización, y la
multitud, desilusionada con el cristianismo, cuyos espíritus deístas estarán a
partir de ese momento sin rumbo y ansiosos por un ideal pero sin saber dónde
hacer su adoración, recibirán la verdadera LUZ a través de la manifestación
universal de la doctrina pura de "Lucifer", sacada a la vista pública
finalmente. Esta manifestación resultará del movimiento reaccionario general
que seguirá a la destrucción del cristianismo y ateísmo, ambos conquistados y exterminados
al mismo tiempoWilliam Guy Carr, Peones en el juego (1955)
Fuente:
The Catholic Encyclopedia,
Volume I
Wikipedia
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