Resumen de El Libro de Enoc
Se dice que Enoc fue el único ser humano en recorrer
todos los caminos de la sabiduría sin haber muerto y fue llevado ante la
presencia de Dios en la misma forma física, durante el cual recibió la
instrucción.
El Libro de Enoc es un libro intertestamentario, que forma parte del canon de la Biblia de los
patriarcados de Etiopía y Eritrea de la Iglesia Copta, pero no es reconocido
como canónico por las demás Iglesias cristianas, a pesar de haber sido
encontrado en algunos de los códices de la Septuaginta (Códice Vaticano y
Papiros Chester Beatty). Los Beta Israel (judíos etíopes) lo incluyen en la
Tanaj, a diferencia de los demás judíos actuales, que lo excluyen.
Una idea que se repite continuamente en la obra, es
que Dios advierte del castigo que infringirá a los pecadores y del premio para
los justos el día del Juicio Final. Al mismo tiempo, Enoc nos habla del orden
de la Naturaleza y del Cielo, en los que cada objeto sigue un ritmo fijo y
determinado de acuerdo con el plan de Dios.
El libro consta de cinco secciones principales
bastante distintas:
1. El Libro de los Vigilantes.
2. El Libro de las Parábolas de Enoc.
3. El Libro Astronómico.
4. El Libro de las Visiones de los Sueños.
5. La Epístola de Enoc.
Las únicas versiones íntegras de este libro que se
conservan están en ge'ez, lengua litúrgica de la Iglesia etíope, pero son
conocidas varias partes en griego, y un fragmento en latín. También ha sido
encontrado, en Antínoe, un fragmento en copto (93:3-8)8 y, además en Qumrán
fueron hallados múltiples fragmentos en arameo9 y uno en hebreo (4Q317). La
tradición atribuía su autoría a Enoc (transcrito también como Henoc o en inglés
Enoch), bisabuelo de Noé. En la actualidad se cree que el texto fue redactado
por varios autores judíos entre los siglos III a. C. y I.7
La primera parte del Libro de Enoc describe la caída
de los Vigilantes, los ángeles que engendraron a los Nefilim. El resto del libro describe las visitas de
Enoch al cielo en forma de viajes, visiones y sueños, y sus revelaciones.
Primera Parte: Caída de los Ángeles malos y Ascensión de Enoc
Unos 200 ángeles bajaron a la Tierra y yacieron con
las mujeres, que eran muy hermosas. Las mujeres dieron a luz gigantes, que se
lo comían todo, llegando a devorar a hombres y animales y hasta comerse entre
ellos.
Según Enoc, los ángeles malos enseñaron a las mujeres
la agricultura y la ciencia (el cultivo) de los árboles. A los hombres les
enseñaron a fabricar espadas y machetes, escudos y corazas, el trabajo de los
metales, el arte de pintarse los ojos con antimonio y de embellecer los
párpados y las más bellas y preciosas piedras y tintes de color. “Amiziras instruye a los encantadores y los
cortadores de raíces; Aramros (instruyó) a romper los hechizos, Baraquiel
(instruyó) a los astrólogos; Kikabiel (enseñó) los presagios, Tauriel (el
significado) del aspecto de las estrellas y Asradiel enseñó el curso de la
luna."
De esta forma, los hombres cayeron en el pecado y
fornicaron.
Dios manda sus ángeles para que le digan a Noé que se
esconda, pues va a mandar un diluvio, y para que castiguen a los ángeles malos.
Encarece a Miguel para que haga desaparecer la opresión de la faz de la Tierra
y que prevalezca la justicia y la verdad. “Que todos los hombres se vuelvan
justos y que todos los pueblos me veneren y me bendigan, todos me adorarán”.
Enoc tiene un sueño en el que es ascendido a los
Cielos. Dios le encarga que se dirija a los ángeles malos, que han transmitido
un secreto a las mujeres y éstas lo han difundido, trayendo el mal a la Tierra.
Enoc recorre la mansión de la tempestad, de la
luz y del trueno, tiene una Visión de
los vientos, de siete montañas de piedras preciosas, de un abismo de fuego y de
siete estrellas, encadenadas a las extremidades del Cielo y de la Tierra, la
mansión de las almas de los muertos antes del Juicio Final, el paraíso terrestre
y el árbol de la ciencia, los confines de la tierra y las puertas por donde
nacen los astros.
Segunda Parte: Libro de las Parabolas
Enoc dice que le han sido comunicadas tres parábolas:
las dos primeras son sobre el castigo a los pecadores y la tercera anuncia la
salvación de los justos.
Enoc mantuvo comunicación y recibió instrucciones de
unas deidades que mostraban un increíble desarrollo tecnológico, y sus
aventuras quedaron plasmadas en sus libros que relatan su viaje interestelar en
una de las naves de dichas entidades celestiales.
Un torbellino le lleva a los cielos. Contempla al
Elegido, que vive bajo las alas del Señor de los Espíritus; también a los 4
ángeles (Miguel, Gabriel, Rafael y Fanuel), los secretos de los elementos, la
residencia de los elegidos, los depósitos del sol y la luna (de donde salen y
donde se ponen), los rayos y las estrellas.
También contempla un ser que tiene “cabeza de días” y al Hijo del Hombre, que posee la justicia, “que hará levantar a los reyes y a los poderosos de sus lechos, y a los fuertes de sus asientos, y romperá los frenos de fuertes y partirá los dientes de los pecadores”. “En estos días los reyes de la Tierra y los poderosos que poseen el árido tendrán la faz abatida a causa de la obra de sus manos, porque en el día de su angustia aflicción, no se salvarán”, y los justos se convertirán en ángeles del Cielo.
Enoc contempla todos los secretos del Cielo que deben llegar, una montaña de hierro, otra de cobre, otra de plata, otra de oro, otra de estaño y otra de plomo. Un ángel le explica que estas montañas “serán ante el Elegido como cera ante el fuego y como el agua que cae de lo alto sobre esas montañas y se ablandarán a sus pies. Y en estos días nadie se salvará por el oro ni por la plata, y no se podrá huir. Y no habrá ni hierro para las guerras ni malla para la coraza del pecho; el bronce será inútil, el estaño no servirá para nada y no será estimado, y el plomo no será buscado”.
Luego contempla cómo echan a los reyes y a los poderosos a un valle profundo envuelto en llamas. Los ángeles preparan los instrumentos de suplicio para castigar a los pecadores. Y a continuación vendrá el Diluvio Universal.
Los ángeles están preparando las herramientas para echar a los elegidos a la hendidura del valle. Luego, irán hacia oriente para derrocar y castigar a los reyes de medos y partos. Pero, en su huída, los partos y los medos atacarán a los justos y se producirá una guerra terrible.
En el año 500, mes 7, día 14 de la vida de Noé, Enoc contempla una gran agitación en el Cielo. Enoc no puede soportarlo y cae al suelo. El ángel Miguel trata de tranquilizarlo. Le dice que “Dos monstruos han sido separados este día: un monstruo femenino de nombre Leviathan, para que habite en el abismo de los mares, encima de los manantiales de las aguas, y un macho de nombre Behemoth, que ocupa con su pecho el desierto inmenso de nombre Dondain, al oriente del jardín donde habitan los elegidos y los justos.” Leviathan representa el poder de los mares y Behemoth el poder de la Tierra. Ambos son incontrolables para los seres humanos; de ahí el temor con que los contempla Enoc.
Otro ángel enseña a Enoc el secreto de los vientos, cómo son divididos y pesados; el poder de la luz de la luna, que es un poder de justicia; las clases de estrellas, el tueno y el rayo, que uno ruge y otro da su luz; el espíritu del mar, que es un macho; el espíritu de la helada, de granizo, de la nieve, de la niebla, del rocío, de la lluvia.
Noé se da cuenta de que la destrucción de la Tierra está próxima. Marcha al extremo de la Tierra, y llama gritando a su abuelo Enoc. Se produce un terremoto y se oye una voz del Cielo: es una orden del Señor de castigar a los hombres, porque han conocido "el poder de los que funden las obras de metal de toda la tierra, y cómo la plata se produce por el polvo de la tierra, y cómo se hace el metal fundido sobre la tierra. Porque el plomo y el estaño no son producidos por la tierra como el primero (la plata), es una fuente la que los produce, y un ángel se mantiene ante ella".
Dios promete a Noé que cuando acaben los castigos preservará su raza. Los ángeles malos serán encerrados en un valle ardiente, en occidente, "junto a montañas de oro, de plata, de hierro, de metal fundido y de estaño".
"Pues los hombres no han sido creados de forma
distinta a los ángeles, más que para habitar, justos y puros, y la muerte, que
todo lo corrompe, no les habría alcanzado; pero a causa de este conocimiento
que es suyo, perecen, y a causa de este poder, ella (la muerte) me
devora".
A continuación, Enoc asciende a los cielos en vida.
Tercera Parte: Libro de las Luminarias del Cielo
En sol nace en las puertas del cielo de oriente y se
pone en las puertas del cielo de occidente. Hay 6 puertas donde el sol nace y
otras 6 donde se pone. La luna también sale y se pone por estas puertas, así
como los que guían a las estrellas. Hay muchas ventanas al lado de estas
puertas.
La duración del día y la noche se explica porque el
sol sale por cada una de las puertas durante una serie de días. Según la puerta
por la que salga, así durará el día y la noche."Su luz brilla siete veces
más que la luna, pero las dimensiones de los dos son iguales".
En cuanto a la luna, “su órbita es como la órbita del
cielo y el viento sopla sobre el carro en el que está montada, y la luz le es
dada con mesura.
A continuación, Enoc es llevado a su casa para que
comunique sus enseñanzas a su hijo Matusalén. Al cabo de un año, los ángeles
volverán a por él y será ascendido definitivamente a los Cielos.
Cuarta Parte: Libro de los Sueños
Enoc cuenta a Matusalén varios sueños que ha tenido a lo largo de su vida.
En el primer sueño, ve cómo el Cielo cae sobre la Tierra; cuando despertó su abuelo le dijo que éso iba a pasar y que, al pedir a Dios que no sucediera, este hecho no se produjo.
En otro sueño, ve cómo un toro blanco sale de la
tierra y tras él una becerra y dos terneros, uno rojo y otro negro. El negro
persiguió al rojo, que desapareció. El toro rojo y la becerra tuvieron un toro
blanco y el resto fueron toros y becerras negros. Después de varias
vicisitudes, un ángel enseña a un toro blanco un secreto; este toro se
convierte en hombre y junto con otro toro negro y otro rojo construyen una gran
barca y se salvan del diluvio. Todos los animales de la tierra perecieron;
cuando cesó el diluvio, los tres toros dieron lugar a todo tipo de animales.
Aparecieron 12 ovejas, que fueron perseguidas por los
lobos y otros animales. El Señor trae a 70 pastores para que guíen y protejan a
las ovejas, pero éstos no cumplen su deber, pues los animales atacaron y
devoraron a las ovejas de nuevo. Entonces nació un toro blanco, al que todas
las especies respetaban y temían. Todas las especies se convirtieron en toros
blancos, y el primero de ellos fue un búfalo.
Enoc reúne a todos sus hijos para contarles lo que les
llegará hasta la eternidad. Les recomienda que amen la verdad, pues como la
violencia y la injusticia se extienden por la Tierra, tiene que haber un gran
castigo; los pecadores serán aniquilados y los justos triunfarán.
Transcurrirán 10 semanas desde el nacimiento de Enoc
hasta el fin de los tiempos. “Desgracia para vosotros ricos, porque os confiais
en vuestras riquezas; seréis privados de ellas, porque no sois recordados por
el Altísimo en los días de vuestra riqueza”. “Desgracia para vosotros que
poseeis plata y oro adquiridos por la injusticia. Vosotros decís: “Somos ricos,
tenemos fortuna y poseemos todo lo que hemos deseado. Y ahora realicemos
nuestros proyectos, porque hemos acumulado plata, nuestros tesoros están llenos
de ella como si fuera agua, y numerosos son los cultivadores de nuestras cosas”.
Apendice
Matusalén cuenta a Enoc que su hijo es padre de un
niño que más bien parece un ángel. Le responde que le llamen Noé, que se
salvará con toda su gente, pero que el mal se extenderá sobre la Tierra.
Todas las generaciones serán una más criminal que la otra hasta que llegue una generación de justos que acabará con el pecado y la injusticia sobre la Tierra. Al final, pues, la Humanidad, puede contemplar el futuro con esperanza en la propia Tierra: “Una generación será más criminal que la otra hasta que se levante una generación de justicia, y que el crimen sea destruido, y que el pecado desaparezca de la faz de la tierra, y que todo bien venga sobre ella”.
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