Agnosticismo - Historia - Diferentes Categorías - Diferencia con el Gnosticismo
El
Agnosticismo se define como la
Doctrina Filosófica que considera inaccesible para el entendimiento humano la
noción de absoluto y, especialmente, la naturaleza y existencia de Dios y, en
general, de todo lo que no puede ser experimentado o demostrado por la ciencia.
El Agnosticismo es la postura que
considera que los valores de verdad de ciertas afirmaciones, especialmente las
referidas a la existencia o inexistencia de Dios, además de otras afirmaciones
religiosas y metafísicas, son desconocidas o inherentemente incognoscibles.
Positivamente, el principio puede expresarse: en cuestiones del intelecto, sigue a tu razón tan lejos como ella te lleve, sin tener en cuenta ninguna otra consideración. Y negativamente: en cuestiones del intelecto no pretendas que son ciertas las conclusiones que no han sido demostradas o no son demostrables.
De acuerdo con William Leonard Rowe, en sentido estricto, el Agnosticismo es la postura filosófica que afirma que la humanidad carece de los fundamentos racionales necesarios para justificar cualquier creencia: «Dios existe» o «Dios no existe».
En el sentido popular, un agnóstico es aquel que ni cree ni deja de creer en la existencia de Dios, mientras que los teístas y los ateos creen y no creen respectivamente.
Se diferencia del ateísmo, en que este es la no creencia en dioses o deidades, mientras que el agnosticismo es la simple suspensión de la creencia.
El término Agnóstico fue usado en 1869 por el biólogo Thomas Henry Huxley en un discurso ante la Sociedad Metafísica para describir su filosofía, la cual rechaza todas las declaraciones de conocimiento espiritual o místico.
A lo largo de la historia del hinduismo ha existido una fuerte tradición de especulación filosófica y escepticismo.
El
Rig-veda toma una postura agnóstica respecto a las preguntas fundamentales
¿Quién o qué creó el universo? ¿Quién o qué creó a los dioses?
El
«Nasadiya-sukta» también conocido como el Himno de la creación» en el décimo
libro del Rig-veda dice:
¿Quién lo sabe con certeza? ¿Quién lo
proclamará?
¿De dónde nació? ¿De dónde provino la
creación?
Los dioses son posteriores a la creación de
este mundo.
¿Entonces quién puede conocer sus orígenes?
Nadie sabe de dónde surgió la creación
o si Él lo hizo o no.
Él, quien lo contempla desde los sublimes
cielos,
solo Él sabe, o quizás, Él no lo sabe.
El Pensamiento Agnóstico, en la forma del escepticismo, surgió como una postura filosófica formal en la Antigua Grecia. Sus representantes incluyen a Protágoras, Pirrón, Carnéades, Sexto Empírico y, en algún grado, a Sócrates, quien fue un firme defensor de estudiar la epistemología desde un enfoque escéptico.
Protágoras
rechazó las descripciones convencionales de los dioses:
Con respecto a los dioses, no tengo medios para saber si existen o no o qué clase de seres pueden ser. Muchas cosas previenen el conocimiento, incluida la oscuridad del tema y la brevedad de la vida humana.
No debe confundirse el Agnosticismo con el Gnosticismo. Los líderes de la iglesia cristiana temprana usaron la palabra griega gnosis para describir el «conocimiento espiritual». Por lo tanto, no se debe confundir el agnosticismo con doctrinas religiosas opuestas al movimiento antiguo del gnosticismo.
Agnóstico y Gnóstico son caras opuestas de una moneda. Mientras que el gnóstico, seguidor del gnosticismo, considera que se puede acceder, a través de la intuición, a un conocimiento de las cosas divinas, el agnóstico es más bien incrédulo al respecto, si bien está consciente de que su capacidad para comprender lo divino no implica, necesariamente, su inexistencia.
Aristóteles, Tomás de Aquino, y Descartes postularon argumentos en un intento de probar racionalmente la existencia de Dios. El empirismo escéptico de David Hume, la antinomia de Immanuel Kant y la filosofía existencialista de Søren Kierkegaard convencieron a muchos filósofos posteriores a abandonar este propósito, ya que consideran imposible la construcción de cualquier prueba irrefutable de la existencia o inexistencia de un dios.
Tipos
de Agnosticismo
Una persona que se considera «agnóstica» afirma que no tiene una opinión sobre la existencia de Dios, ya que no hay evidencia definitiva a favor o en contra. El agnosticismo, no obstante, se ha dividido recientemente en varias categorías, que incluyen:
Ateísmo Agnóstico:
No cree en la existencia de ninguna deidad, pero no afirma saber que existe
alguna deidad o no.
Teísmo Agnóstico: No afirma conocer la existencia de una deidad, pero aun así cree en ella.
El
Agnóstico puede ser Teísta o Ateísta. En este sentido, el teísta es aquel que,
a pesar de no contar con el nivel de comprensión que le permitiría comprobar
que Dios existe, cree en su existencia o admite la posibilidad de que pueda
existir. En cambio, el agnóstico ateísta es aquel que, aunque también reconoce
que no tiene conocimiento alguno que le permita probar la no existencia de
Dios, es escéptico ante la posibilidad de su existencia y la rechaza.
Agnosticismo Apático o Pragmático:
No existen pruebas de la existencia o inexistencia de deidad alguna, pero
debido a que cualquier deidad que pudiese existir parece indiferente respecto
al universo o el bienestar de sus habitantes, la pregunta es esencialmente
académica. Por lo tanto, su existencia tiene poco o ningún impacto en los
asuntos humanos y debiese ser de igual interés teológico.
Agnosticismo Fuerte también llamado Agnosticismo
Estricto, Cerrado o Permanente: La pregunta de la
existencia o inexistencia de una deidad o deidades y la naturaleza última de la
realidad son incognoscibles a causa de nuestra incapacidad natural de no poder
comprobar una experiencia sino con otra experiencia subjetiva. Un agnóstico
fuerte dirá:
No
puedo saber si una deidad existe o no y tú tampoco.
Agnosticismo Débil también llamado Agnosticismo
Empírico, Abierto o Temporal: La existencia o la
inexistencia de cualquier deidad está actualmente más allá del conocimiento,
pero no es necesariamente incognoscible; por lo tanto, suspenderá el juicio
hasta que la prueba, si existe, se haga disponible. Un agnóstico débil dirá:
No sé si existen deidades o no pero quizás algún día, si hay evidencias, podamos descubrir algo.
El
Agnosticismo es criticado desde una
variedad de puntos de vista. Algunos pensadores religiosos consideran que limita
la capacidad de la mente para conocer la realidad al materialismo. Algunos
ateos critican el uso del término agnosticismo como funcionalmente
indistinguible del ateísmo, esto resulta en frecuentes críticas a aquellos que
adoptan el término para evadir la «etiqueta atea».
Por
ejemplo, Mario Bunge escribió
«Es probable que un agnóstico sea un ateo avergonzado, temeroso de estar equivocado, de ser acusado de dogmatismo o discriminado».
Algunos
pensadores y filósofos rechazan la validez del Agnosticismo, pues consideran
que limita la capacidad humana de conocer la realidad, y cuya inteligencia
tendría además un elemento no material o espiritual.
Afirman
que «no poder ver o tomar ciertas cosas no significa necesariamente negar su
existencia» y utilizan la gravedad, entropía, razón o el pensamiento como
ejemplos.
Los críticos teístas afirman que el agnosticismo es imposible en la práctica, debido a que solo se puede vivir como si Dios no existiera (etsi deus non daretur) o como si Dios existiera (etsi deus daretur).
De acuerdo con Joseph Ratzinger, el Agnosticismo fuerte se contradice a sí mismo al afirmar el poder de la razón para conocer la verdad científicamente.
Culpa a la exclusión del raciocinio de la religión y la ética de patologías peligrosas como crímenes contra la humanidad y desastres ecológicos.
«El Agnosticismo», dijo Ratzinger, «es siempre el fruto de un rechazo del conocimiento que es de hecho ofrecido a la humanidad. […] El conocimiento de Dios siempre ha existido». Aseveró que el Agnosticismo es una elección de comodidad, orgullo, dominio y utilidad sobre la verdad, y que se opone a las siguientes actitudes: la autocrítica más aguda, escucha humilde a la totalidad de la existencia, la paciencia persistente y autocorreción del método científico, la disposición de ser purificado por la verdad.
La
Iglesia católica considera que vale la pena examinar lo que llama «agnosticismo
parcial», especialmente aquellos sistemas que «no apuntan a construir una
completa filosofía de lo incognoscible, sino en excluir tipos especiales de
verdad, especialmente religiosas, del dominio del conocimiento».
Sin
embargo, la Iglesia históricamente se ha opuesto al rechazo total de la
capacidad de la razón humana para conocer a Dios.
El Concilio Vaticano I decretó «Dios, el principio y fin de todo, puede, por la luz natural de la razón humana, conocerse con certeza a partir de las obras de creación». De acuerdo con la Catholic Encyclopedia, este no se basó en un sistema filosófico histórico, sino en las Escrituras.
Comentarios
Publicar un comentario