Adam Kadmon - Ain Soph - Una Figura Demiúrgica
Adam Kadmon es una figura Demiúrgica. Éste parece tener múltiples roles, por una parte está el Dios infinito, conocido como Ain Soph, que significa “interminable”, llamado así antes que Dios creara el mundo o el universo, Dios llenaba toda la existencia.
En la Cábala Adam Kadmon es una frase que
significa “Hombre Primordial”. La fuente rabínica más antigua del término es
“Adam ha-Kadmoni” (el original, el de arriba), contraparte del Adán terrenal,
“Adam Ha-Rishon” (el primero, el de abajo).
El término Adam Kadmon significa “Hombre Primordial”, se sobreentiende
que es un prototipo espiritual del hombre, un tipo de alma cósmica. Al mismo
tiempo puede ser identificado como una manifestación antropomórfica de Dios,
una deidad masculina asumiendo la forma y características de un ser humano. Un
concepto que quizá evolucionó de los escritos de Philo, “El Hombre Celestial”, un hombre que fue creado antes que el Adán
terrenal. En la visión de Philo, el hombre primordial es la pura imagen de
Dios, y en la visión Cabalística, se dice que Adam Kadmon contiene cada imagen
de cada hombre que haya existido, existe, y existirá. Él es el arquetipo
original.
No había lugar, espacio o vacío. Todo está
lleno con luz del infinito. Luz que no tiene principio ni final, ni día ni
noche. Cuando Dios decidió crear mundos el cual a Adam Kadmon, y el resto de
las emanaciones creacionales vienen de Adam Kadmon, quien contiene las diez
sephirot. Ya que Ain Soph no puede ser conocido, Adam Kadmon es la primera
manifestación de existencia divina que puede ser percibida.
Las 10 emanaciones que Adam Kadmon contiene son
las diez Sefirot. En resumen, Adam Kadmon sería la fuerza motora del universo,
el alma que contiene todas las almas, la chispa divina que conduce el todo, el
heredero de Ain Soph, quien volverá cuando Adam Kadmon se extinga y un nuevo
ciclo inicie.
Una de las
ideas más antiguas de la Cabalá es una correspondencia entre las sefirot del
Árbol de la Vida y el cuerpo humano. Las sefirot representan la potencia activa
y creativa de los nombres divinos, y su relación con el cuerpo hace hincapié en
que debemos ver las sefirot como componentes de un solo organismo. La forma
humana es la “forma” de esta dinámica, y es el prototipo, la forma o imagen a
la mayor escala (macrocosmos), y en la escala humana (microcosmos).
La mitología judía es casi tan rica como la
griega pero más misteriosa. Toma elementos de casi todas las religiones y
filosofías conocidas desde el principio de los tiempos, muchos piensan que el
judaísmo es el gran heredero de los vestigios de la religión Sumeria. Tantos
personajes y aluciones arcanas cuya sublimidad se ha visto empañada por
fanatismos religiosos, deducciones literales de grandes rabinos eruditos y el
cristianismo.
Luego del golpe sufrido por el cristianismo, el
judaísmo tardó mucho en recuperarse, no sería hasta la aparición de El Zohar en
la Edad Media que el judaísmo volvería a ganar adeptos, y es que este texto
nutrió tanto a la filosofía judaíca que aún hoy mantiene ese aire místico que
llama tanto la atención.
Entre sus conceptos y personajes más
apasionantes se encuentra la figura de Adam Kadmon, el principio de los
principios, el más antiguo de los seres primordiales.
La tradición cabalística relativa a Adam
Kadmon, el Adam Primoridal, se deriva de los estratos más antiguos de la
mística judía. El alcance total de esta tradición arcaica se ha perdido, pero
los restos de ésta pueden ser rastreados hasta textos que vienen de Egipto,
Tierra Santa, Siria y el este de Turquía, de Irán y de la India. Los restos más
relevantes e interesantes provienen de la intersección del judaísmo, el
hermetismo, el zoroastrismo y el Islam en un cinturón que se extendía desde la
antigua ciudad de Harran en Turquía, a la igualmente antigua ciudad de
Babilonia en una región que alguna vez se llamó Caldea, luego Mesopotamia, y
ahora Irak.
Adam Kadmon precede todas las demás creaciones,
y es desde Adam Kadmon que los otros mundos emergen, Fue la primera creación en
llenar el vacío creado por la “contracción de Dios” lo que ahora se conoce como
la teoría del Big-Bang, consistiendo en emanaciones de forma circular que
forman a un ser humano.
Estas emanaciones tomaron la forma de Adam
Kadmon, el hombre primordial, un ser completamente espiritual. El complejo
concepto de Adam Kadmon sirve tanto como una figura mítica y como función
cabalística abstracta.
La representación de Adam Kadmon con la diez
sephirot y el cuerpo humano es sencillamente espectacular, ya que nosotros
somos el vivo ejemplo de macrocosmo y microcosmo consciente.
Piensa en Ain Soph como aquella energía
indescriptible que provoca tu existencia: lo increado, ex nihilo; Adam Kadmon
es tu cuerpo, se divide en diferentes mundos y esferas infinitas cada uno con
su diferente dios, tú eres consciente de las partes de tu cuerpo y crees
controlarlas, pero no eres consciente de qué o quiénes habitan el mismi núcleo
de tu ser, es así como tú te asimilas como un universo, Ain Soph lo
indescifrable, por qué existimos; Adam Kadmon tu yo físico y espiritual, tu
consciencia; Adán, Jesús, Metatrón, etc, como los gobernantes de las diferentes
zonas de tu cuerpo que tu emanas, subyugas y subordinas inconscientemente para
mantener el equilibrio en tu ser.
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