Abraxas - Dios de Dioses - Señor del Bien y del Mal - Creador de la Tierra
Se creía que Abraxas era el nombre de un dios que representaba el Bien y el Mal, un dios y deidad adorada representante del fuego.
Las antiguas religiones, que
basaban sus creencias en la existencia de varios dioses, se plantearon quién
era el padre o creador de esos dioses. Algunos grupos gnósticos creyeron que no
podía ser un principio únicamente bueno, sino que debía contener también el
mal. Los Basilideanos, una secta gnóstica seguidora de Basílides, en el siglo
II, vieron en Abraxas la figura del «padre no engendrado» y el origen de la
ambigüedad existencial, al ser supremo o dios que ellos adoraban.
Los
gnósticos creían que la tierra había sido creada por él. Pensaban, de igual
forma, que su nombre encerraba grandes misterios debido en parte al hecho de
que las siete letras griegas que lo componen (Αβραξας) era una palabra de
significado místico en el sistema de los basílides gnósticos, donde era
aplicado al "Gran Arconte", el príncipe de las 365 esferas. La
palabra se encuentra en textos gnósticos como El Sagrado Libro del Gran
Espíritu Invisible y también aparece en el Papiro Mágico Griego.
”
El pájaro rompe el cascarón. El huevo es el mundo. Quien quiere nacer tiene que
romper un mundo. El pájaro vuela hacia Dios. El Dios es Abraxas. “
Estas
frases de Hermann Hesse, en su novela
“Demian”, son posiblemente la referencia moderna por la que más gente se
ha interesado por este Dios o ser de la mitología antigua. En la figura de
Abraxas confluye todo; el bien y el mal, la luz y la oscuridad, la sabiduría y
la ignorancia, el amigo y el traidor. Por lo tanto, Abraxas es Dios y Demonio
al mismo tiempo.
Sin
duda, un personaje de la mitología bastante desconocido pese a su importancia
en tiempos pasados. La unión en un solo ser de todos los poderes divinos,
quizás equilibrados, quien sabe, pues de existir alguna vez, la unión de lo
divino y lo demoniaco en un solo ente podría tener consecuencias inimaginables.
Como
la escritura original era "Abrasax" (Αβρασαξ), la escritura
"Abraxas" parece derivar de una confusión entre las letras griegas
sigma y xi en la transliteración latina.
Se
creía, además, que comandaba a sólo 3 dioses, cada uno de ellos poseedor de una
virtud. También se sabe que era adorado por los cainitas.
Sus
adeptos aseguran que en sus manifestaciones suele ser amable y piadoso con
aquellas personas a quien considera buenas y despiadado con aquellas a quien él
considera malas. Por otro lado, los mitólogos antiguos colocaban a Abraxas
entre los dioses egipcios, y algunos demonólogos lo suelen citar como un
demonio con la cabeza de un rey o de un gallo y con serpientes en lugar de
piernas conocido como el Anguípedo.
Ha
sido representado en amuletos que los basilideanos solían llevar, portando un
garrote en sus manos e incluyendo en ellos, a su vez, el número 365.
Según
los demonólogos se manifiesta de distintas formas, inscripciones en el suelo,
paredes, puertas, y hasta en el cuerpo de quien lo invoca por ayuda,
generalmente con símbolos y dibujos.
Rara
vez entabla conversación con su víctima, a quien no dejará hasta que cumpla su
petición o deseo, a menos que se lo pida, pero sólo obedece a aquellas personas
a quien considera buenas; si quien le ordena es una persona mala, sólo logrará
enfurecerle.
El
símbolo de Abraxas es un círculo partido a la mitad en forma diagonal Ø,
alegorizando la unión hombre-mujer, también se lo representa con una balanza
nivelada con dos cabezas de águila.
La
gran Maestra y esoterista Helena P. Blavatsky nos dice que "Abraxas" se
trata de una palabra mística que se remonta hasta Basílides, el Pitagórico de
Alejandría, en el año 90 después de Cristo.
Basílides
empleaba la voz Abraxas como un nombre de la divinidad; decía que era la
divinidad suprema entre las siete principales, y que estaba dotada de 365
virtudes. Esto era algo simbólico y tiene que ver con la numeración griega:
a
= 1
b
= 2
r
= 100
a
= 1
x =
60
a
= 1
s
= 200
TOTAL
365
Es decir, que la suma de los valores numéricos que atribuían a cada letra de la palabra Abraxas forma un total de 365, que correspondía a los 365 días del año solar, o lo que es igual un ciclo de "acción divina", el conjunto de las 365 manifestaciones sucesivas atribuidas a Dios en un año.
Otros
autores como C. W. King, autor del libro "Los Gnósticos", considera
la palabra Abraxas similar a la hebrea "Shemahamphorasch" que es una
palabra sagrada del extenso nombre de Dios. Aunque la gran autoridad masónica
Oliver relaciona el nombre de Abraxas con el de Abraham.
En
otras latitudes, también aparece el nombre de Abraxas y se respeta que Abraxas
es la copia de las palabras indas "Abhimanin" (el hijo mayor de
Brahma) y "Brahma" combinadas.
Por
otro lado, según Leisegang, en su libro "La Gnose", Abraxas se
identifica con Mitra; dice que es el mediador entre la humanidad y el único
Dios, el sol invencible, que se veneró en la antigüedad por los siglos III-IV.
Este Abraxas-Mitra, en su origen persa, es el mediador entre Ahuramazda y
Ariman, es decir entre el Bien y el Mal.
La
palabra Abraxas también la podemos
encontrar en la Teurgia; como palabra mágica relacionada con el Abracadabra que
proviene de la frase hebrea: "Abreq ad hâbra" que significa:
"Envía tu rayo hasta la muerte".
A
este respecto H. P. Blavatsky nos dice que "Abracadabra" es un
término posterior a la voz sagrada de "Abraxas" que, a su vez, deriva
de una sagrada y antigua palabra copta o egipcia, la cual era una fórmula
mágica que significaba simbólicamente: "No me dañes", y estaba
dirigida a la divinidad.
Se
escribía en un amuleto o talismán y se llevaba sobre el pecho debajo de la ropa
o colgada al cuello.
Las
piedras Abraxas eran usadas por los gnósticos, eran unas gemas que llevaban
inscrita esta palabra griega que se usaban como talismán. Los amuletos se
convirtieron en un objeto tan común entre los cristianos que en el siglo IV se
prohibió tanto su fabricación como su uso, bajo la pena de ser expulsado de la
orden sagrada a la que se perteneciera.
Las
gemas Abraxas representaban, generalmente, un cuerpo humano con cabeza de
gallo, en una mano llevaba un escudo y en la otra un látigo, y dos serpientes
en lugar de piernas. A veces, aparecían otras figuras fantásticas como una
cabeza de león, elefante, serpiente, etc. En algunas gemas aparece con las
letras I A O que designan a la divinidad. Estas letras, en realidad, están
contenidas en la palabra GALLO o GAIO.
El ABRAXAS de los gnósticos es el INRI de los cristianos, el TAO chino, el ZEN budista...
También
llamado Abrasax o Abracax, por los etruscos, y Abrxia, por los druidas celtas.
Es posible que los primeros Gnósticos tomaran esta Deidad del Dios egipcio
abrak sax, que significaba “Palabra sagrada”. En otras culturas se lo conoce
como Abraxis, Rasaxe, Baech, Avichehem, Avichaem y Anusix.
Es
incierto cual era la función real de Abraxas en el sistema basilideano, ya que
las autoridades no suelen mostrar relaciones directas con la doctrinas del
propio Basílides.
El
psiquiatra suizo Carl Jung tomó de los gnósticos el pensamiento en paradojas y escribió
un pequeño tratado gnóstico en 1916 que recopiló de Basilides de Alejandría, y
se titulaba "Los siete sermones a los muertos" o "Septem
Sermones ad Mortus", y utilizaba terminología gnóstica como la palabra
Abraxas para denominar a la divinidad, el poder supremo trascendiendo tanto a
Dios como el Diablo y uniendo todos los opuestos en una entidad. Este escrito
lo regalaba en ocasiones a sus amigos, pero no permitía que lo publicaran.
Jung,
finalmente, dio su permiso para la publicación de este escrito dentro de su
libro de memorias después de dudar y sólo "en aras a la honradez",
pero no permitió que se publicara la solución del anagrama que se encuentra al
final del séptimo sermón.
A
continuación presento algunos párrafos de estos siete sermones a los muertos en
los que se refiere concretamente al Dios Abraxas:
Este
es un Dios del que vosotros nada sabíais, pues los hombres lo olvidaron.
Nosotros lo denominamos por su nombre: ABRAXAS.
Es
todavía más indeterminado que Dios y Diablo. Para diferenciar a Dios de él,
llamamos a Dios Helios o Sol.
Abraxas
es acción, frente a él no hay nada sino lo irreal, por ello su naturaleza
activa se despliega libre...
Abraxas
está por encima del Sol y por encima del Diablo...
Si
el Pleroma tuviera una esencia, Abraxas seria su manifestación... Es fuerza,
duración, trasformación.
Los
muertos avanzaron como niebla a través de los pantanos y gritaron: Háblanos más
sobre el supremo Dios.
Abraxas
es el Dios difícilmente reconocible, su poder es el supremo, pues el hombre no
lo ve.
Del
Sol ve el Summum Bonum, del diablo el lnfinitum Malum, de Abraxas, sin embargo,
la Vida indeterminada en todos los aspectos que es la madre del bien y del mal.
La
vida parece ser más pequeña y más débil que el Summum Bonum, razón por la cual
resulta difícil pensar que Abraxas supere en poder incluso al sol, que es la
fuente iluminante de toda fuerza de vida misma.
Abraxas es el sol y, a la vez, el abismo eternamente arrollador del Vacío, del Diablo.
El
poder de Abraxas es ambivalente. Nosotros no lo vemos pues en nuestros ojos lo
opuestamente orientado de este poder dejar de ser.
- Lo que Dios Sol dice es vida.
- Lo que dice el Diablo es muerte.
Abraxas,
sin embargo, dice la palabra digna y condenada, que es a la vez vida y muerte.
Abraxas produce verdad y mentira, bien y mal, luz y tinieblas en la misma
palabra y en el mismo acto.
Por
ello Abraxas es temible. Es soberbio como el león en el instante en que vence a
su víctima. Es bello como un día de primavera. Es el lleno que se une con el
vacío. Es la cópula sagrada, es el amor y su homicidio, es el santo y su
traidor. Es la más clara luz del día y la más profunda noche del absurdo.
Verle
significa ceguera, conocerle significa enfermedad, rezarle significa muerte,
temerle significa sabiduría, no oponerse a Él significa salvación.
Dios vive detrás del sol, el Diablo vive detrás de la noche.
Lo
que Dios engendra a partir de la luz, el Diablo lo arrastra a la noche. Pero
Abraxas es el mundo, su devenir y dejar de ser mismo.
A
cada ofrenda al Dios Sol el Diablo presenta su maldición. Todo cuanto
solicitáis del Dios Sol, produce un acto del Diablo. Todo cuanto creáis con
Dios da al Diablo poder de actuación.
Este
es el terrible Abraxas...
Cuando
el gran mundo se torna frío, la estrella ilumina. No hay nada entre el hombre y
su Dios, en cuanto al hombre puede separar su mirada del espectáculo llameante
de Abraxas...
Aquí
hombre, allí Dios. Aquí debilidad y nadería, allí eterna fuerza creadora. Aquí
oscuridad total y frío húmedo, allí sol pleno.
Abraxas como Arconte
En
el sistema descrito por Ireneo de Lyon, "el Padre Ingénito" es el
progenitor de Nous, y de Nous Logos, de Logos Frónesis, de Frónesis Sofía y
Dynamis, de los principados Sofía y Dynamis, poder, y ángeles, siendo los
últimos los que crean "el primer cielo".
Ellos
a su vez originan una segunda serie, que crea un segundo cielo. EL proceso
continúa de manera similar hasta que existen los 365 cielos, siendo los ángeles
del último cielo, o visible, los autores de nuestro mundo. "El
gobernante" (principem, es decir, probablemente ton archonta) de los 365
cielos "es Abraxas, y por esta razón contiene en sí mismo los 365
números".
El
nombre se menciona en la Refutación de todas las herejías (VII, 26) por
Hipolito de Roma, quien parece haber seguido en estos capítulos la Exegética de
Basílides. Tras describir la manifestación de los Evangelios en la Ogdóada y
Hebdómada, añade que los basilidianos tienen una larga descripción de las
innumerables creaciones y poderes en varias "fases" del mundo
superior (Diastemata), en la que hablan de 365 cielos y dice que "su gran
arconte" es Abrasax, porque su nombre contiene el número 365, el número de
días del año; es decir, la suma de números denotada por las letras griegas
ΑΒΡΑΣΑΞ según las normas de la isopsefía:
Α = 1, Β = 2, Ρ = 100, Α = 1, Σ = 200, Α = 1, Ξ = 60
Abraxas como Demonio
Abraxas
según el Diccionario Infernal, es un dios de las teogonías asiáticas, de cuyo
nombre deriva la filacteria abracadabra. Abraxas se muestra en los amuletos con
cabeza de gallo, pies de dragón y un látigo en la mano. Los demonógrafos lo
interpretan como un demonio con cabeza de rey y pies de serpiente. Los
basilidianos, herejes del siglo XII, lo veían como su dios supremo.
Cuando
descubrieron que las siete letras griegas que forman su nombre hacen en griego
el número 365, que son los días del año, pusieron genios bajo su mando que
presidían los 365 cielos, atribuyendo uno por cada día del año. Los
basilidianos llegaron a decir que Jesucristo no era más que un espíritu mandado
a la torre de Abraxas. Ellos se apartaron de la doctrina de su líder.
Abraxas como Dios
Epifanio
de Salamina (Adversus Haereses, 69, 73 f.) parece seguir por una parte a Ireneo
y por otra al perdido Compendio de Hipólito. Designa a Abraxas más
distintivamente como "el poder sobre todo, el primer principio",
"la causa y primer arquetipo" de todas las cosas; y menciona que los
basilidianos se referían al 365 como el número de partes (mele) en el cuerpo
humano, así como todos los días del año.
El
autor del apéndice de Tertuliano De praescriptione haereticorum (c. 4), quien
también sigue el Compendio de Hipólito, añade algunas precisiones; que
"Abraxas" engendró a Mente (nous), el primero en la serie de poderes
primarios enumerados por Ireneo y Epifanio; que el mundo, así como los 365
cielos, fueron creados en honor de "Abraxas"; y que Cristo no fue enviado
por el Creador del mundo sino por "Abraxas".
No
puede obtenerse nada de las vagas alusiones de Jerónimo de Estridón, para quien
"Abraxas" significa para los Basilidianos "el mayor dios"
(De viris illustribus, ill. 21), "el mayor dios" (Diálogo contra los
Luciferianos, 23), "el poderoso dios" (Comm. in Amos iii. 9), y
"El Señor el Creador" (Comm. in Nah. i. 11). Las notas de Teodoreto
(Haer. fab. i. 4), Agustín (Haer. 4), y 'Praedestinatus' (i. 3), no tienen
valor independiente.
Es
evidente por estos detalles que Abrasax era el nombre del primero de los 365
arcontes, y por lo tanto se situaba bajo Sofía y Dynamis y sus progenitores;
peso esta posición no se indica expresamente, para que el escritor del
suplemento a Tertuliano tenga una excusa para confundirlo con "el Dios
Supremo".
Abraxas como eón
Con
la disponibilidad de fuentes primarias, como aquellas en los manuscritos de Nag
Hammadi, la identidad de Abraxas sigue siendo un misterio. El Sagrado Libro del
Gran Espíritu Invisible, por ejemplo, se refiere a Abraxas como un eón que
habita con Sofía y otros Eones del Pleroma Dukias en la luz de la luminaria
Eleleth.
En
varios textos, la luminaria Eleleth es la última de las luminarias (Luces
espirituales) que avanzó, y es el eón Sofía, asociado con Eleleth, quien
encuentra la oscuridad y se ve implicado en la cadena de sucesos que lleva al
gobierno de este mundo por el Demiurgo, y el esfuerzo de rescate que implica.
Como tal, la función de los Eones de Eleleth, incluyendo a Abrasax, Sofía y
otros, se refiere a la frontera exterior del Pleroma que enfrenta la ignorancia
del mundo e interactúa para corregir el error de la ignorancia en el mundo de
la materialidad.
Representación Física de Abraxas
Abraxas
está formado por una cabeza de gallo, que significa de manera indirecta al sol,
ya que el gallo canta en todos los amaneceres. Seguido de un torso y brazos
humanos, finalizando con dos serpiente erguidas en lugar de piernas, de las
serpientes surgen varias teorías; algunas dicen que representan a los sexos, una
es masculina y la otra femenina.
También
se dice que una de estas serpientes es la serpiente que engaño a Eva y Adán en
el Edén, y que la otra es la serpiente del bastón de Moisés, así se ven
reflejados las dos partes de este dios, lo malo y lo bueno. O que cada una
significa el amanecer y el atardecer.
También
tiene en un látigo y un escudo,
siguiendo con la idea de que puede castigar y defender al mismo tiempo.
Esta representación habla de un hombre que llego a fusionarse completamente con
su espíritu, convirtiéndose en una expresión divina encarnada en un hombre.
El Canto de Abraxas
Yo
soy ABRAXAS.
Yo soy la luz.
Yo soy la sombra.
Yo soy la transmutación.
Abro las puertas del misterio.
Abro las puertas de la esencia.
Encuentro el fuego oculto.
En la devoción de los guerreros auténticos.
De los despiertos por el sexo.
De los hombres-dioses.
Te guío por el sendero de los mundos de los creadores.
Te convierto en mí y en mí está todo.
Más allá de la mente y la dualidad.
Te hago gozar de la unidad.
De los fuegos sagrados solares.
De los campos de eternidad y luz.
Soy el SOL AION.
Soy el Fénix inmortal.
Soy Bennu.
Habito en cada región oculta de la naturaleza.
Me escondo de los profanos y de los banales.
Seduzco a la mujer para liberarla de la mentira.
Destruyo la torre de las vanidades.
Y levanto una nueva torre de la sabiduría.
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